Querida ausente (xxxix)
Querida ausente : Las palabras se las lleva el viento, pero cuando se trata de tí se agolpan una tras otra como si se trataran de un ejército impaciente que quisiera entrar en una ciudad de murallas y certezas, en cuyo interior se vislumbra el palacio de la razón. Entonces en ese impulso consciente e inconsciente, me dejo llevar por lo irracional, porque el amor no se puede entender como un sistema mecánico de engranajes, utensilios y aparatos. Nada funciona de manera exacta, cuando se trata de amar, y las palabras se agolpan, unas tras otra sin descansar. Por eso, ¿para qué correr? Mejor ser como el río que habla con palabras que fluyen lentamente y, en cuyo curso, llegan hasta el mar para fundir sus significados dulces con los salados en el delta para acabar.