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Mostrando entradas de octubre, 2017

Unos versos no garantizan un amor

Sería de ingenuo el pensar que unos versos mantienen un amor o lo hacen perdurar cuando es el propio amor el que hace horas extras si así lo estima oportuno. Es cierto que unos versos no garantizan un amor, ni lo hacen permanecer ni detienen la huída ni la coartada que antecede a la huída, ni la excusa que provoca la coartada que precede a la huída. Es cierto que no tuve la paciencia para escucharte ni para entender del todo lo que tus ojos a veces me intentaban contar pero ... ¡necesitaba tanto contarte lo que yo sentía! Unos versos no garantizan un amor ni lo hacen prisionero en el tiempo, ése no es su cometido. Pero unos versos hablan del amor y a él se entregan incansables.

Clausurar un enfado que dura años

Confundir un enfado con alguien por su indiferencia y por sus métodos operativos de insinceridad con un amor es síntoma de una casi-patología mental. Por éso hay que clausurar un enfado que dura años. Adiós a una mujer indiferente que dejó atrás no sólo el amor sino la confianza depositada. Adiós a los profesores de Historia que instruían a sus alumnos como a perros paseados por sus amos en el amanecer nuevo de un día. Adiós a las relaciones de mala calidad, que nos hacen tristes y vacíos.

Cuando praxis y teoría se encontraron por casualidad

Cuando praxis y teoría se encontraron por casualidad cerca del Retiro, por la avenida de Alfonso XII, se alegraron de dicha circunstancia. Cada una en su quehacer cotidiano exhibía el músculo de la experiencia : Una dulcemente agria y otra agriamente dulce. A buen entendedor pocas palabras bastan. El ejecutor de la idea, visita la playa nudista con pose incluída, y el otro... ¿constructor de castillos en el aire que se dicen infinitos pues sus ladrillos así lo son? Allí recordaron algunos pasajes comunes, revisaron el código oculto que trasciende cualquier abrazo y concertaron volver a verse fuera de ese círculo que traza la lógica mundana e inexacta de un suceso en el que el café era para todos.

Despedir a un amor

Adiós amor, buena fortuna, que los mares y los dioses  te sean clementes, que tu barca nueva  de porvenir recién inaugurado, brille  silente, y como navegante, encuentres los puertos  tan relucientes  como tú los recordabas, como tú aún no los recuerdas.  Cuando despedimos a un amor  nos faltan palabras, inventamos algunas, creamos neologismos, estructuras incompletas  que se parecen a versos, y testimonios puros  de lógica urbana.  Adiós amor,  buena fortuna, que todos los asuntos que emprendas  tengan éxito.  Con la firma  del que ha hecho todo  lo que estaba a su alcance  por honrarte y venerarte  como oración profana.  Se despide, un amor. 

Querida ausente (CCXIII)

Querida ausente : Hay ángeles malheridos a los que nadie redime, y que han sido sistemáticamente ofendidos por intentar construir islas amables para el mundo. Pero también es cierto que el cuerpo de ángeles y arcángeles no es un cuerpo oficial, no se trata de una institución real, se basa en las creencias y por tanto se escapa de todo lo que nos rodea. Es mi problema, por ejemplo, si me molesta que no me hagas caso y que tengas atenciones con los niños sin tenerme en cuenta. Tendría que valorar, que a pesar de todo, los quieres y que te preocupa su presente y su futuro mientras yo sólo me fijo en el cotidiano placer pasajero de los sentidos... ¿Sería mucho pedirte el verte esta tarde? Y caminar a tu lado por calles que conocemos, como dos naúfragos anónimos que fabricaran juntos la poesía que deriva de una travesía tormentosa. ¿Encaja ésto en tu presente o, por el contrario, es incompatible con tu horario estructurado? El fracaso es sólo un es

Querida ausente (CCXII)

Querida ausente: Si un poema pudiera arreglar una situación, cambiar el curso de los acontecimientos, sin duda sería una herramienta poderosa pero dudo mucho que altere ni el menor de los detalles de una vivencia, o de la realidad que nos circunda. De todas formas, hemos de creer y seguir creyendo en que todo ésto es posible. En que la alegría es una actitud frente a la vida, una mirada preclara y sin duda ante la subsiguiente estación, placer ignoto. Si un poema pudiera arreglar una situación, podríamos describir un paisaje marino en el que las gaviotas heridas por el último estallido de sol tras el horizonte, han decidido abandonar su último reducto de amor para salir huyendo. Así también nosotros hemos aprendido a olvidar como amantes que se despiden en un andén de tren y vuelven a la rutina de calles, avenidas, tuberías y relojes construídos por mecanismos. Querida ausente: En esta forma de hacer no encuentro ningún placer, por ello he de

Querida ausente (CCXI) : El abrigo conyugal

Cuando la aventura se acaba muchos y muchas recurren al abrigo conyugal (Antonio Muñoz Molina dixit) y entonces yo me digo ¿por qué para salvar un abrigo uno o una se autoexcluye de una trama y no asume totalmente su responsabilidad en el acto en sí? ¿por qué salvar un abrigo arruinando el otro si ambos están arruinados? ¿por qué no ser coherentes?

Cuando contraprogramas el amor

Cuando contraprogramas el amor ¿por qué lo haces? ¿qué impulso te mueve? ¿qué caricia deseas evitar? ¿qué beso censuras? ¿qué palabra no vas a pronunciar? Cuando contraprogramas el amor y te inhibes te frenas y te anulas El acto de la contraprogramación es una programación en sí misma Al igual que el acto de la involución es una revolución contra la revolución En esta estrategia programática y contraprogramática tú y yo hemos dispuesto el camino de un claro desencuentro pero que nos encontrará si nos dejamos encontrar

Querida ausente (CCX)

Querida ausente: He aprendido a ignorar las sonrisas burlonas de los que me desprecian. A esquivar las pedradas de los que intentan provocar y a enfocarme en la batalla necesaria y útil. Con todo lo que he caminado por tu amor, no me quiero quedar plantado en este punto exacto aunque quizás no haya camino que recorrer, aunque tu ausencia sea permanente o tal vez sólo transitoria. Persisto. Resisto. No pierdo el ánimo. Porque sé que llegará ese día y no será como el que yo había imaginado. Porque quizás no eres la mujer idealizada que inventé por pura necesidad en mi imaginación, porque la desesperación de un robinson urbano puede llegar a ver la belleza donde la hay, pero también puede llegar a magnificarla. Esta cura de humildad ha sido necesaria. El contrapunto de esta melodía nos equilibra y nos hace intentar ser mejores. ¡Viva la realidad que nos construye por dentro!

Querida ausente (CCIX)

El robinson urbano, Antonio Muñoz Molina Querida ausente : La noche en Granada tiene la forma de una plazuela dormida con un decorado de farolas guarnecidas tras la madrugada. Entonces el rumor del agua rescinde el contrato con el silencio, y de las fuentes brota el susurro de una palabra no dicha cuando es el momento. Por eso los relojes atrasan su tic tac en consonancia con el acontecimiento. Ya lo sabes. Esta ciudad te ama. Te lo ha dicho de una forma y de otra. Ahora, no hace falta que digas nada, o que lo digas todo, pues podremos entendernos bien después de conceder a este acto solemne el título de murmullo de amor tras el aljibe.

En cómodos plazos de felicidad

Ellos seguirán dormidos En sus cuentas corrientes De seguridad. Planearán vender la vida Y la muerte y la paz, ¿le pongo diez metros, en cómodos plazos, de felicidad? Pero tú y yo sabemos que hay señales que anuncian que la siesta se acaba y que una lluvia fuerte sin bioenzimas, claro, limpiará nuestra casa. Pablo Guerrero - Tiene que llover.  Señora, Señor, usted y yo sabemos que la obra teatral que representan a diario responde al programa calculado de la convención y que los cómodos plazos de felicidad vienen en la cuenta corriente cada mes como apunte contable en los movimientos. No les juzgo, y sin embargo, su libertad sin fisuras, su espíritu crítico y su impronta casi revolucionaria me recuerdan a esos tratados sobre clasificación de aves, en los que etiquetarlas con el anillado. Todos y todas en la teoría somos transgresores. En la praxis, muchos y muchas esquivan el peliagudo acto cotidiano que supone la confrontación, el rebatir la

Querida ausente (CCVIII)

Callas y sufres, no te comprenden ¡Oh santo espíritu! Agostándote callas, ¡Pues vanamente entre los bárbaros buscas al rayo del sol los tuyos, las almas grandes, tiernas, que nadie halló! Mas huye el tiempo. Empero canto mortal verá el día, ¡oh Diotima! que en pos de los dioses y en pos de los héroes te nombre su igual. A Diotima, Hölderlin  Querida ausente: Como yo Has sufrido la barbarie de un ocaso impiadoso, el lento caminar de los tranvías hacia el último sol ingrato. Has tenido el malestar que acarrea una despedida. Has visto clarear el alba, mientras apenas las horas te llevaban dulces melodías de descanso. Has aprendido de la vivencia amarga, de la melancolía. Y probablemente Como yo Has rechazado la antítesis de la belleza Has repudiado a aquéllos que no deseaban buscar la verdad suprema, aunque ésta se demuestra que es incompleta y que, por tanto, está construída por muchas verdades relativas. Como yo No has olvidado ni una sola de las

Querida ausente (CCVII)

Querida ausente: Un poema compuesto con breves palabras no daña ni hace mal. Uno lo compone como episodio de un amor incompleto, pero que aspira a ser concreto gracias a su constante pulso, a su arquitectura de tiempo. Una plaza, una ciudad, no bastan para componer un paisaje. Los bancos de los parques nos recuerdan y el dulce viento de octubre crea su aroma de nostalgia. Algunas preguntas vienen de forma natural: ¿Qué será de tí? ¿En qué coordenada habitas? ¿Qué luna no sonríe al verte? ¿Qué palabra has dicho de más aunque es tarde ya? ¿Qué sol te abriga? ¿Qué noche no te pienso?

Querida ausente (CCVI)

Querida ausente: En esta vida hay tantas cosas que celebrar, que se me olvidan las que nos sirven para entristecernos. Porque la felicidad es una decisión personal y la amargura también lo es. Hay que apoyar y defender a los que amamos. Por ello, nos afirmamos en lo que nos hace sentir bien y desdeñamos lo que nos hace sentir mal. Por ello, limpiamos la conciencia, a marchas forzadas, para estar en paz con los demás y con nosotros mismos.

Querida ausente (CCV)

Querida ausente: Así es la vida, compañera. Otro trabajo que termina, otra vez vuelta a empezar. Pero me llevo lo aprendido en el zurrón nuevo, y sigo adelante mi camino con la satisfacción del que hizo lo que pudo. El ambiente del bar es base para escribir una novela. El pianista, las tres edades de los camareros, la poesía que se desprende de sus paredes que han visto tanto... En ocasiones, no se trata de cuál es el resultado de una misión, sino de cuánto amor se ha entregado a una obra. Los frutos definitivamente vendrán y no quizás como calculamos en un inicio. Su recogida no podrá ser meditada. Aparecerán como virtuosos espejismos para ser tratados como elementos de un sueño en el que yaciéramos adormecidos y tranquilos como niños que reposaran a la sombra de un árbol apesadumbrado.

Vale, no soy el Messi de los camareros

Vale, no soy el Messi de los camareros. Vale, no soy un crack de la barra. Un trabajo que hice en tiempos de la facultad. No soy tan rápido como el jefe demanda. Pero las cosas salen, y cuando vienen un cliente internacional le procuro hablar en su idioma. El pianista viene a hablar conmigo porque le caigo simpático y me habla de cuando el Granada Club de Futbol era grande con jugadores como Arsenio Iglesias o Vicente. Antes de tocar una versión de "tú eres mi amigo del alma" del cantautor brasileiro Roberto Carlos, me lo anuncia, mientras seco los vasos de tubo con la gamuza semi-limpia. Las jarras de sangría salen como los trenes de una estación en la que el programa mecánico de los acontecimientos los llevara una máquina registradora. Los idiomas traen nuevas jarras, nuevas cervezas, las conversaciones con los clientes sobre Geometría traen nuevas visitas. Estimado jefe: ¿Se da usted cuenta de que no sólo soy un barman? Veredicto: Es us

Para el hombre sin bandera, para la mujer sin bandera

Para el hombre sin bandera, para la mujer sin bandera, todo son dificultades. Se acumulan en su cargo causas inexistentes, lo clasifican como apátrida, recibe el castigo de los dioses, de las autoridades policiales. La norma y la falta de mesura lo condenan al ostracismo. Cuándo enarbolamos una bandera, ¿qué estamos haciendo? ¿A quién representamos? ¿Nos representamos? Si pudiera pintar con finos trazos mi bandera sería transparente como el agua de un río, mi patria serían la ribera, y las junqueras, mi techo el cielo azul de un otoño preclaro, mi tierra la que piso en este momento. Para el hombre sin bandera, para la mujer sin bandera, hay sólo una patria cuyo nombre restalla tras el último hálito de un sol inconformista, y se llama Libertad.

Querida ausente (CCIV)

Querida ausente: Últimamente no sé por dónde empezar los poemas y creo que ésta es una buena señal. Será que esa urgencia de tí se ha transformado en lentitud y todo se asemeja a una tranquila espera. Como cuando vamos a la cita con el doctor y aguardamos en la sala hojeando diarios, revistas que nos traen candentes actualidades que constatan la escasa disposición de los hombres y mujeres para entenderse y construir un mundo mejor. Cuando leo sobre Cataluña, confirmo que yo así (en estas circunstancias históricas, coyunturales) tampoco deseo ser español, pero no por una cuestión de acordar una salida como la de los intereses funestos de la burguesía sino por una cuestión de principios. Así no quiero seguir siendo español, ni miembro de ninguna patria donde anide la injusticia. Dirás, tendrás que irte a una isla desierta o hacerte ermitaño. ¡No hay otra cosa que más desee! ¡Vivir alejado del mundanal ruído! Aunque yo forme parte de él,

Capitanes intrépidos

Para aprender a leer en el idioma de otra tierra no hay que desaprender a leer en el idioma del lugar de origen pero todo apunta a que el credo es distinto. Entonces como casi conversos... Adoramos a los nuevos dioses de los altares de una religión que componen las nuevas palabras, bendecimos a la recién estrenada fonética, subrayamos la gramática, y desciframos la semántica, entablamos la sintaxis, construímos la armoniosa métrica silábica. Entonces como casi como capitanes intrépidos... recordando a Kipling surcamos ríos, mares y océanos, y atisbamos horizontes sin luna, islas sin arena en las que el tiempo no es marcado por la clepsidra. Celebramos la ceremonia del brindis con los amigos y desdecimos el discurso de los que con argumentos relegan a otros a la desidia, a la indiferencia y al ostracismo brutal que surge de una amnistía autoconcedida, con los enemigos de película clásica, que haberlos los hay. La libertad sexual de las mujeres del pue

Lo que no se menciona, se silencia

Lo que no se menciona, se silencia, cualquier afrenta no debe afectarnos, de todo se aprende y nos hace más fuertes. El problema es del otro, nosotros debemos sonreir y estar por encima de minucias, que constituyen lo accesorio. Así, seguiremos con paso firme esquivando las piedras que tiran a dar, de gentes que no superaron del todo los cargos que se les imputaban. El juez severo debe analizar también el tamaño de su sentencia. Ninguna sentencia es definitiva y es lógico que existan actos de liberación pero... ¡la libertad como bien sabemos no es hacer lo que nos viene en gana ni faltar el respeto!

Intuiciones erróneas

Sí, desde luego, hay intuiciones erróneas y nadie está libre de equivocarse. Cuando uno se equivoca se deben presentar las excusas. Pero uno debe seguir teniendo confianza  en sus intuiciones aunque  existan gentes que se afanen en demostrar que estamos francamente equivocados. Por mucho que persigan con la palabra todos totalizar a las gentes, reunirlos en torno a un ideario único, igualitario, no podrán con un todos hacer que pensemos de forma idéntica ni que tengamos las mismas percepciones sobre los episodios que acaecen.

Un zorro muerto en el monte

Los niños encontraron un zorro muerto en el monte. Puede que sea un presagio, una metáfora de la existencia, o una simple coincidencia. Los zorros tan astutos, a veces son también cazados, pero ésta es señal inequívoca de la crudeza, de una naturaleza que no deja a ninguno de sus habitantes indiferentes. Un zorro muerte en el monte, y una idea que fenece, proyección con inicio y fin, un adiós para unos, un hola para otros, renovado. ¿Lo enterraron? No se recomienda tocar animales muertos, pero tampoco encima mear. ¡Qué sutileza! (Risas)

Querida ausente (CCIII) : De todos los poemas que te debo

Querida ausente:  De todos los poemas que te debo, y que las jornadas kilométricas,  en ocasiones,  no dan mucho margen para su escritura, éste es un claro ejemplo  de una pequeña representación  artística  que intenta  unir la palabra, el amor y la constancia.  Porque cada mundo paralelo  debe ser tratado  en su dimensión, su extensión y su completa  arquitectura. Hay versos que son como bóvedas, otros como simples ladrillos, otros como columnatas indiferentes, glorietas, y bulevares  de jardines  donde deambular  y desdecirle al tiempo  sus señales inequívocas, rebelarnos contra la idea  de la distancia, y construir  un monumento  al recuerdo de los dos.  Porque hemos sido algo más que accidentes, o que dos islas que se unieron  para separarse tiempo después, porque de todos los poemas que  te debo, éste no es uno más, aunque  no parezca  por su semántica, ni por su gramática, ni por su métrica libre

Querida ausente (CCII) : Si te piden mi cabeza en una bandeja de plata

Si te piden mi cabeza en una bandeja de plata, y no sabes qué responder y te atienes a las consecuencias de la inacción y todavía así no sabes qué responder entrégala mas yo no opondré resistencia alguna y pondré la sonrisa de las mejores ocasiones para que el tributo sea entregado de la mejor forma posible. Si te piden que mientas, que difames y así lo haces a sabiendas de toda la confianza que he depositado en tí, y que tal vez no vuelva a depositar pues sabemos que quien la hace una vez vuelve a hacerla en repetidas ocasiones, hazlo sin dudarlo, no te arrepientas . Si te piden mi cabeza en una bandeja de plata, adorna la bandeja y haz de mi parte algunas reverencias, practica el rendez vous clásico. Si te piden que hagas todas esas cosas, o si las haces por cuenta propia, no entiendo por qué desde el principio no fuiste capaz de dejar las cosas claras y evitar muchos malentendidos. Mas no me dedicaré a culparte, y no serás juzgada, po

De mi padre yo demandaba

De mi padre yo demandaba su tiempo, su afecto, su atención y la lentitud de una tarde aunque fuera domingo en la que salir a pasear y sentirme identificado con el resto de niños y niñas que salen a pasear en las tardes de domingo con la figura paterna en tercera persona (él). De mi padre yo no demandaba que comprara para mí equipos de futbol enteros ni que me obsequiara con regalos caros, ni que pusiera a mis piés, castillos que fueran casi palacios incompletos. De mi padre yo demandaba una terraza de bar, un plato de patatas fritas, una pelota de plástico y el albero de una tarde con hojas secas por el suelo, cuando Octubre es Granada, y la Biblioteca del Salón una isla en la que permanecer cautivo tras el susurro de un Genil que llevara por entonces agua. De mi padre yo demandaba, conocer la tonalidad de su voz, la ternura de su mirada, el verme en su espejo incipiente o tal vez caduco, en su abrazo que me envolviera como una manta. De mi p

Querida ausente (CCI) (El poder del pasado)

Querida ausente: El pasado tiene poder y ésto es indudable. Ordena, clasifica y orienta la dirección de las rectas que construyen el espacio euclídeo del presente. Pero en el tiempo actual hay trayectorias no calculadas que se escapan de cualquier ordenación, clasificación y orientación. La propia Naturaleza se encarga de improvisarlas, la brújula no sirve ni señala el norte, la estepa como un plano sin límite es arena y nieve, y un arbolito representa la soledad de un contínuo de puntos que se acumulan en armónica expresión. Entonces el pasado es una geometría lejana, cuyo poder es relativo frente al instante.

Como volcanes templados

Como volcanes templados, que renuncian a su erupción, hemos hecho de la renuncia un canto a lo sostenible, a lo perdurable, a la constancia que invoca el sacrificio . Y éso nos honra, nos dignifica, pero al mismo tiempo, nos atormenta y nos tortura. Entonces un día vendrá sin más presagio, una dulce esperanza con nombre de ternura, que comience en un yo y termine en un nosotros como sujeto de la oración.

Querida ausente (CC) (Un té aplazado)

Querida ausente: Sobre la quietud de la tarde, la rosa se despoja de su destello, y sobre el lienzo ocre de una certeza, un té aplazado revive como idea, a pesar del líquido de un pasado amarillento. Hemos soñado hasta donde nos ha estado permitido soñar y, por supuesto, hemos soñado más allá del toque de queda. Hemos vivido pasiones de extramuros, y subidos en el barco de vela que traspasa del horizonte su frontera, hemos recuperado del viento su vínculo con la libertad que prosigue al momento , tras la neblina que nos trae un cúmulo de quimeras turbias no realizadas, y un manojo de sentimientos impuros, limpios como claveles en una mañana de abril sin misterio y sin sospecha. El té que no bebimos puede esperar pues llevamos toda la vida sin beberlo.

Querida ausente (CXCIX)

Querida ausente: Hoy me rebelé contra el verbo, el sustantivo, el adjetivo acotados, y lancé una oda al viento que restallaba tu nombre. Estas paredes ya han aprendido a sacar palabras del silencio, donde el alma permanece callada, como un improperio dicho bajito y que nada en un lago venenoso. Ven conmigo a la fiesta de Baco y desdigamos a Baudalaire en sus pútridos presagios. Que el verso tenga la suficiente solvencia para decirte lo mucho que el amor trabaja a deshoras y lo mucho que el deseo adorna a la materia incandescente.

Cuando hay centinelas de la palabra

"Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde" Miguel Hernández  " Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado" Juan Ramón Jiménez Cuando hay centinelas de la palabra, y la libertad de expresión no viene dada por la libertad de pensamiento, sino que ambas se reconducen mediante pautas, se anula la espontaneidad, y el pensamiento dominante intenta doblegar al insurgente. Entonces y sólo entonces la palabra será nuestra, como nuestros son los cielos del otoño, como nuestras las colinas impenetrables, la palabra amada, la palabra inmanente al desacato. Y entonces no habrá revisores de tren, ni policías en la frontera, y Mayo será París, Granada, y todas las ciudades del Mundo donde habremos amado la vida, incansablemente, dejando atrás al sucedáneo de verbo, al postulante a sustantivo, a todos los adjetivos que caben en un trío cromático. No, señores y señoras, me niego a acatar su verbo, sustantivo, adjetivo a

Querida ausente (CXCVIII)

Querida ausente: Viajo en el vagón de la noche con música de piano y violín, ¡ah, sí, la liberadora melodía que nos construye! La ciudad llena de luces y las notas que vuelan por el aire fragante del casi otoño. Me despido de la estación donde la tristeza y la melancolía habitan de contínuo y me dirijo con destino a la alegría presente. Sin embargo, algo me hace retroceder hacia tu recuerdo, y entonces te veo en en el andén, llevado por el deseo que me hace fantasear contigo, con el hecho de estrecharte entre mis brazos, besarte cálidamente y apretarte contra mi pecho con ternura. En nuestra historia has jugado un papel que no llego a visualizar nítidamente. Los adjetivos calificativos quizás excedan la semántica precisa. Los niños y las niñas merecen una pequeña patria segura, pero éso... ¡ya estaba hablado desde un principio y a diario me empeño en que en éso no haya ninguna duda! En la ilusión, queda el verte de nuevo al bajar del tren e