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La isla secreta

La isla secreta es el lugar donde Margarita me pide que nos encontremos para que, junto a su hermano Alberto, puedan venir ambos a visitarme como hijos míos que son. Por eso me ruega que no desvele esas coordenadas de latitud y longitud , paradero desconocido, ni el contenido de sus habitáculos. En dicho lugar yace un mundo ajeno a toda las pesquisas. Un mundo en ciernes que se cimenta sobre la piedad, la misericordia, la bondad y la más absoluta de las ternuras, en contínua construcción.

A vueltas con Frau Schaffer

A vueltas con Frau Schaffer ...  La ciudad estaba a oscuras. París dormitaba como una especie de aparecido tras una larga noche en las que las jaurías de fieras habían esbozado sus alaridos sobre las maltrechas calles heridas por la luz del mercurio azul procedente de las farolas La verdad es que Frau Schaffer nunca tuvo realmente la culpa de lo que le sucedió a Pawel Orlinski o tal vez sí, pero el auspicio y la siembra de la duda nunca tuvieron el aspecto de acciones malintecionadas... ¿Cómo podría acarrear semejante carga? Además... El propio Pawel era víctima de sus propios laberintos existenciales. Ella estaba libre de toda carga emotiva. Lo que era indudable es que Margarite Schaffer era una consejera excepcional de sus íntimas amigas. En el caso de Elizaveta Orlinski, de apellido de soltera, Bauer, estaba claro. Su querido Don Juan escaso de suerte, se había pasado por demasiadas agencias de contactos extramatrimoniales y fruto de ese frenesí libertino había llegado la debacl

el lenguaje azul de un amigo

cuando uno es amigo comprende el lenguaje azul del que habla cuando en su estrategia destructiva todo lo demuele y todo le parece mal habría que ir a la raíz del problema y si no fuera posible porque su estrategia comunicativa no es permeable adoptaremos la silenciosa distancia del que sabe que tanto sufrimiento viene de un largo de viaje donde emoción y melancolía eran el alimento cotidiano tras, por ejemplo, los cristales lluviosos de un autobús en tardes en las que Granada se mostraba a sí misma como un antíguo reducto homicida con la comprensión de casi nadie en la pesada mochila y la inagotable camaradería del silencio

Volver a los diecisiete

Volver a los diecisiete , Violeta Parra Dicen que toda autobiografía es de mal gusto, y no puedo por más que darle la razón a todos y todas los que piensan que se trata de un exhibicionismo exagerado y de una programática demasiado fácil. Hablar de uno mismo, siempre es sencillo, porque de uno mismo salen montones de historias que abastecen las malheridas letras de un pasado del que uno se rehace a marchas forzadas. Con un alumno de academia que prepara las Matemáticas estoy dándome cuenta de los malos profesores que tuve por esas edades. Revisando peldaño por peldaño la escalera que me llevaba en la inestable adolescencia del aprendiz de fugitivo a la edad adulta. Me encontré con funciones infumables, derivadas aburridas, integrales de las que no se explicaba ni para qué servían, matrices como cajas de una fábrica de productos químicos, gris lluvia sobre la acera que rezuma olor a asfalto. Y yo sin amigos en aquella época, descontextualizado, y

El traje nuevo del emperador

Este cuento se lo regalé a tu hija y fue como abrir una caja de Pandora prólogo de unas cuantas tormentas. Pero aprendimos. Cuando la gente ven tus trabajos en aquella asociación de los cuentos que sigue en pié y observan tu aportación a este cuento quizás puedan interpretar que había un mensaje escondido tras tu aparición y que el regalo también lo llevaba incluído. Nada más lejos de la realidad... A ver si algún día, la gente empieza a comprender qué cosa es esa de la nobleza y de la bondad de un acto. Así como también de la autenticidad y de la pureza. Como el blanco de la nieve en un amanecer de invierno, como la claridad de la flor del lirio.

El club del café

Si una escuela tiene un hilo conductor, un ascensor que sube y baja, una manivela que activa un organillo, un conserje que pega calambrazos con su bastón eléctrico y dice : aquí está prohibido pasar también y cómo no tiene grupos de influencia activos agentes del cambio y de la transformación social del entorno Uno de ellos es el maravilloso club del café de las mañanas presidido por la presidenta de la asociación de padres y madres. Una gran trabajadora y cargada con alguna dosis de bondad pero negligente en algunos aspectos desde el punto de vista del control absolutista de su gestión y por ser (aunque ella se desmarque claramente de ese rol) de brazo ejecutor de la dirección y de la jefatura de estudios. En dicho club del café, se articulan escritos, rebeliones y se gesta una sociedad de amigos y amigas no del todo saludable. ¿Se menciona acaso la transformación de la realidad? En donde Mauri hay fotos de Neruda, libros de otra época que invitan

Un cuento serbio en verso (la oscura moral del antihéroe)

¿Y por qué serbio? Pregunta el auditorio congregado. ¿Y por qué no? Interroga el narrador. Además a Ivan Petrovic, amigo mío desde la más tierna infancia le habría gustado que le contara a la gente del pueblo vecino una versión genérica y extrapolable de lo que le ocurrió... A Ivan en su pueblo no lo querían demasiado. Por eso, la historia comienza así: Supongamos que existe un héroe, de ésos que la gente rápidamente identifica como tal. Y que además ese supuesto e hipotético héroe hubiera ganado la primera batalla de una gran guerra. Acto seguido, la involución se prepara si el héroe traía una revolución (al revés, si el héroe trajera una involución, pero este no es el caso de nuestro estudio). Un conjunto de antihéroes empieza a pronunciarse con sólidos argumentos para combatir la línea expositiva del héroe, su construcción teórica y práctica. Supongamos que estas acciones entroncara con la líbido de las masas, y los espacios se convirtieran e