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Mostrando entradas de febrero, 2017

Propósitos

Propósito de cuidar de mis hijos y dar mi vida por ellos. Propósito de no amargarme por vos. Propósito de mirar lo positivo de la existencia. Propósito de trabajar a diario con honradez y justeza Propósito de abrazar y dar besos a diario. Propósito de cuidar de mis hijos y dar mi vida por ellos. Propósito de decir palabras hermosas y de enviar flores aunque no toque. Propósito de enfrentar la afrenta sin ira. Propósito de escribirte poemas a deshoras y enviarte mensajes amables.

Aunque todo arrancara con una broma cruel

Aunque todo arrancara con una broma cruel, y no me la creyera del todo, aunque siguiera con el interés de intentar juntar instantes a tu lado, y ello rara vez sucedía, encaré al destino y pudimos definir el mapa de la tarde y sus fronteras. Quizás no culminamos pero no hay nada que lamentar pues estamos vivos y mi amor por tí sigue latiendo con la fuerza del primer día. Por senderos angostos, por valles luminosos, más allá de muros infranqueables, he escrito versos por encima de paredes romas que se extendían de manera casi infinita. No importa cuando llegues si has de llegar. Seguiré andando contra el desaliento y coleccionando fotogramas de vida que entregarte a tu venida y serás bienvenida, en este lugar o en cualquier avenida, donde podamos restituir el tiempo en la clepsidra, o la primavera que emerge en cada invierno sin tí.

De todas las ciudades posibles

Como la luz de un sueño, que no raya en el mundo pero existe, así he vivido yo iluminando esa parte de ti que no conoces, la vida que has llevado junto a mis pensamientos...  (...)  Aunque tú no lo sepas, Luis García Montero  La ciudad muestra su mapa oficial de Lunes  y el plano de todas las ciudades posibles  que existen dentro de ella.  Vienen formadas por sus calles, por sus plazas,  por sus palacios y catedrales, construyendo una ciudad-paralela,  imágenes sobre el espejo de la ciudad-real.  En la ciudad paralela inicial,  te he inventado aquí, junto a mí, en todos los planos-secuencia que conozco, y he trazado tu silueta en hojas en blanco con un lápiz,  sin el desafío que puede provocar un verso.  Pero este paisaje urbano y humano es sólo fruto de la mente, un deseo que se forma tras el recuerdo, una realidad virtual que junta la virtud de tu hermosura, de tu inteligencia preclara,  de cómo siento cuando estoy contigo.  Hay otras ciudades paralelas q

Tu regalo de libertad

Querida ausente: Echarle la culpa a alguien siempre es un recurso fácil y en eso muchos hemos sido especialistas. Cuando algo no funciona, cuando un asunto se acaba y la conclusión no fue placentera buscamos al culpable de todos los males y, como en una crónica policial, cerramos el caso. Pero la realidad es otra, todos somos responsables de lo que nos ocurre de manera directa. En la historia que nos ocupa, vinimos a corroborar algunas inconsistencias que ya existían, fuíste la punta del iceberg de prácticas que se realizaban bajo el nombre de matrimonio, pero nadie dió testimonio, nadie puso sobre la mesa nombres de ciudades o fechas en el calendario, y en tu afán esclarecedor, quizás explicaste un fragmento de la historia sin dotar a la narración de la completa escena más amplia. No tuviste problema en apretar el gatillo de las palabras y enseñarme  la lección que necesitaba a partir de tus confesiones bien elaboradas sobre lealtad y obediencia ava

Vis pública

Sí, cuando hablo contigo, olvido tu faceta social, tu vis pública. Entonces casi preferiría hablarte casi siempre de usted, para que la hoja de doble filo que provoca el sentimiento a flor de piel, no enrarezca ni enturbie el equilibrio inestable de la dinámica social. La amistad no se provoca, ni se fuerza, ni se ha de obligar a nadie al discurso de los que se niegan a construir la armonía con heridas. Si has de dar amor que sea sin el arañazo del gato que dañado se revuelve por su amor propio.

Madrid iluminado por una luz dorada

La felicidad inminente de Pedro Salinas Miedo, temblor en mí, en mi cuerpo: temblor como de árbol cuando el aire viene de abajo y entra en él por las raíces, y no mueve las hojas, ni se le ve. Terror terrible, inmóvil. Es la felicidad. Está ya cerca. Pegando el oído se la oiría en su gran mancha subceleste, hollando nubes. (...)  Madrid iluminado por una luz dorada,  rescoldo de la fragua que habita  en los talleres recónditos del más profundo invierno.  Estampas galdosianas que visitan  la realidad sin máscaras,  de la Fontana de Oro, el antifaz transparente de  las plazas con palomas y gorriones que se disputan el pan cotidiano.  Torpes palomas que apenas se mueven.  Hábiles gorriones que sin sustento las dejaron.  Calles por las que transitan gentes ocupadas  de gesto serio.  Más allá de la luz del atardecer, verás hervir las alacenas  de los bares del centro.  Babel, metrópoli de muchos colores, habitantes y viajeros borrac

Un poema corto

Un poema corto En travesías por el desierto de febrero con el viento del marzo que no ha llegado, un lago, un estanque se abre como por ventura en el centro de una calle transitada y es obra de la magia que es bálsamo entre árboles que prolongan la templada armonía del silencio. Podrías acudir sin previo aviso a este rincón del mediodía y celebrar conmigo este momento: Celebrar la soledad de dos que se acompañan.

En días grises de invierno

En días grises de invierno, cuando el asfalto y el alquitrán tibio lo decoran todo, he visto clarear al sol el suelo de una plaza, donde habitan las palomas. Tras edificios que no parecen decir nada, se esconde el discurso de los que una vez pudieron decir que todo en sí era silencio y al silencio como axioma acudieron. Mas esta certeza de tí es más cierta cuando viene a mi mente la victoria que supone tu sonrisa, la luz que acaricia el rastro de un amor que hoy no es, pero al que decidido me encamino sin prisa pero sin pausa. Tu rostro de amante no está desfigurado por palabras que otros dijeron, ni es menos el brillo de tus ojos, que como estrellas fulgen en la noche de febrero. Guíame y yo me salvaré sin profecías Vendrá un tiempo en que nos abrazaremos Los naranjos no estarán vacíos y los manzanos nos ofrecerán su coartada ¡Resurge, irradia, restalla como sólo tú sabes hacerlo!

De un cuadro de Sorolla

De un cuadro de Sorolla, del que se observa el retrato de una madre con su hija entre las rocas cerca de la mar. Se percibe el rumor de las olas al chocar incansables contra la piedra. La madre porta una blusa blanca con falda de color beige, lleva el pelo recogido en un tocado, aguanta su largo faldón con una mano mientras con la otra acompaña a su niña para que no tropiece. Parece que es por la tarde y el viento salino contrarrestra el paso restallante del implacable tiempo en los relojes de arena. La niña lleva un sombrero y un hermoso traje blanco. Esta estampa me trae nostalgias de tí, de paisajes en los que te compones entre brisa y palabras.

Rigor mortis

Cuando la vida se acaba, es un hilo fino que se quiebra de manera repentina, es la llama de una vela que se consume en la cera derretida, líquida sobre el candil. La muerte entonces es un hecho, unos labios morados en un cuerpo que pesa, una butaca como último refugio donde descansan unos huesos, de una madre que nos abandona en un viaje sin retorno. Su vida, cal y arena sobre el muro. Sonrisa y lágrima furtiva sobre los arrayanes de un jardín no domesticado. Una noche u otra, esperaba, que no me llamase desde su habitación y encontrarla como la encontré al alba, rigor mortis sobre el suelo, rigor vitas antes, durante, después de su marcha.

La primavera se acerca

Querida ausente: La primavera se acerca, asomándose con su ejército de luz sigilosa, como contraataque al rey invierno que vive aletargado en su enrejado palacio de hielo, aunque no pierde tiempo. Pero ésta no debe anunciar al vuelo ni celebrar con antelación su pequeña victoria porque la naturaleza se encarga de enseñarle la humildad debida, y el monarca infranqueable aparecerá para hacernos recordar su presencia con gélidos paréntesis de aprendizaje necesario. ¡Que cuando llegue el momento y no antes, las flores invadan los campos, los ríos aumenten su cauce, los pájaros trinen en las ramas de los árboles, y en los jardines crezcan las rosas que conduzcan irrevocablemente a pensar en el amor!

Donde nunca estuve, donde nunca estoy pero ...

Querida ausente: Habitas donde nunca estuve, donde nunca estoy pero... Tal vez en algún momento, he vivido en tu recuerdo. Tal vez en algún momento, vivo en tu recuerdo. De eso se trata. Y si permanezco en él, la esperanza no se habrá del todo extinguido. Parece surrealista extrañar lo que nunca se tuvo, pero al conocerte creí ver en tí esa puerta a un mundo nuevo que se parecía bastante al paraíso, pero era una invitación a conocer el infierno de cerca. Tras el viaje, me llevo lo aprendido y la miel del recuerdo grato, tu sutil ironía, la amargura del que sufre, la paz después del quebranto, el deseo de verte pese a todo, en esta noche de tibias certezas.

Lenguaje nocturno

Las estrellas han hablado con su brillo en la noche clara. Cada fulgor es una intención y una historia antígua. En el lenguaje nocturno que construyen el argumento trae la excusa para hablar de tí. Entonces sin demasiados giros sintácticos, te imagino a esta hora dormida o en otra circunstancia que alejo de mi mente rápidamente, porque no me hace del todo bien, y, desde este locutorio, en el que escribo a deshoras te envío un beso largo en la distancia del que se sabe exiliado de tí, pero que espera algún día poder volverte a ver y a hablarte en este lenguaje nocturno.

El amor verdadero no juzga ni ofende

El amor verdadero no juzga ni ofende. Cuando se trata de dar siempre está dispuesto. Por eso, si alguna vez me juzgas, amor no me mires con los ojos con los que me mira el otro, ni contraataques con su rabia, su coraje inéditos, porque lo parece ser no siempre es, y quizás un río más profundo del que creíste encontrar, ensanche su cauce. No empequeñezcas esta obra de años, que no es en balde, y que pretende honrar a tu dulce memoria, de este tiempo agrio en su contexto. Por eso, no te voy a juzgar, amor, cuando entres por la puerta y dejes tu paraguas después de algún aguacero, en el paragüero, y vengas lanzando improperios contra el mundo, c'est la vie quotidienne,  nous ne pouvons pas faire rien . Por eso, no te voy a juzgar, amor, porque no soy quién y no pretendo añadir otra claúsula a tus hipotecas vitales. Hemos bebido del veneno de algún dios herido, y no nos ha destruído completamente. Tras los vidrios rotos de catedrales profanas, el

Hoy te escribí una carta

Hoy te escribí una carta para contarte cómo sentía. No me adorné demasiado, no tenía intención en añadir más que lo preciso a la oración y, en la descripción de hechos, encontré los adjetivos justos. Quizás otros habría. Comenzaba más o menos así... La vida avanza con paso lento pero seguro. Alguna pequeña lucha sindical, alguna carrera contra el reloj, para que los asuntos diarios cuadren: búsquedas de trabajo, el cuidado de los niños. He podido comprobar que hay risas en la ciudad. Gentes anónimas a las que me uno y que ríen y se felicitan de haberse conocido. Somos ciudadanos de Babel, la del millón de lenguas, y cada uno traduce la palabra amor, a su contexto lingüístico, emotivo y sentimental. Resistiremos, como roca en la orilla que aguanta el oleaje, y volaremos como bandadas de aves que buscan el cálido sur en los meses de invierno. Pero hay un sur que vive en nuestro corazón y que aguantará cualquier estación del frío. Nuestro inexpugnable

Que tu recuerdo venga despacio

Que tu recuerdo venga despacio y que no duela y que no duelan los suburbios de tu recuerdo. Que sólo sea como una caricia, como el beso que te guardo, como una carta que te envío sin remitente y a deshoras, como la rosa que huele fragante cuando es primavera y como toda palabra que invoca al acto y apenas es promesa. Que tu sonrisa lumine la estancia y mi abrazo con tu abrazo forme una madeja de abrazos Que retomemos la lectura del libro compartido por donde quedó el marcapáginas Que tu recuerdo venga despacio y no sea recuerdo, y así construyamos juntos algo más que un efímero castillo de arena.

Poemas de la noche

Cuando la ciudad en la noche nos recibe como hijos y nos deja escribir poemas con su cálida ternura, nosotros, pasamos por las teclas sin la rigidez propia del aprendiz de orfebre. Entonces una idea, es sólo una lucecita, y la luz del fluorescente es sólo un paisaje más de tantos paisajes. Me he visto renacer tras una pequeña decepción y sorprenderme frente a los profetas de este tiempo que predican brevedad, minimalismo y superficialidad sin frontera. Quizás es que pidamos demasiado a esta época de paréntesis inconclusos. Antología no parece ser la palabra. Llamémosle intento de poema. Un viento del pasado me viene a decir: Recuerdo tu voz entre tantas voces. Recuerdo el brillo de tus ojos entre tantas miradas.

Olas de amor

Olas de amor sobre este mar irredento, que se enfrenta sobre el impuesto cruento de no poder alabar tu hermosura. Ante tamaña hondura... ¿Quién dijo que el verso libre con el aroma del jengibre pudiera traer la consecuencia de la elaboración de un sabor diferente? Pues bien ves que de tí ando, hambriento y sediento, y quisiera colmar mi hambre y mi sed en la ambrosía de tus ojos y el nectar de tus labios mas quizás hoy no... Puro tormento. Restauro la sana costumbre de descifrar el código oculto de la mañana sin esperar nada más que un buen sol que caliente el ánimo en sus claros y un buen viento que me traiga el perfume de tus cabellos, allá a lo lejos.

El amor se construye a diario

(...) ¡Quiero dormir! ¡Dormir más que vivir!  En un sueño, como la muerte, dulce,  Estamparé mis besos sin descanso  Por tu cuerpo pulido como el cobre. (...)  Baudelaire Poema El Leteo (Las flores del mal)  (Leteo: Río del Hades donde las almas de los muertos bebían para olvidar su vida terrestre)  Cuando vienen estos días en que los comercios y las tiendas se llenan de motivos dedicados al amor, uno se plantea que el amor se construye a diario, que para ello no hace falta una fiesta especial, pero que es hermoso que nos lo recuerden. Entonces, Querida Ausente, me pondré a trabajar en la fabricación de algunos versos, quitándome previamente el papel celofán que se me pega en la mano. Bien sabes que a pesar de la distancia que nos separa cada día te rezo mis oraciones paganas y te elevo a mis altares profanos, convirtiéndote en Diosa de una religión todavía sin clasificar. Además, ya te convertí hace años en Musa inspiradora, con tu permiso. Eres viento c

Y viene un día en que todo vuelve a comenzar...

Y viene un día en que todo vuelve a comenzar... La sonrisa que faltaba vuelve a instalarse en el rostro. Será que a pensar y a penar estamos acostumbrados y que siempre hemos vivido con lo puesto, y no nos asusta la interperie ni la noche estrellada. A estas alturas de la película, el cine ya cerró, salió el público y las luces apagaron pero hay preguntas que no necesitan respuesta: ya no necesito saber si alguna vez me has amado. No hace falta que digas nada. La vida se encarga de hacer encajar las piezas de un puzzle ilimitado, y el tiempo de curar las heridas de los corazones. Supongo que no todo en tí es nieve, que has reído y has llorado, y que después de este invierno de emociones, te traeré flores de abril cuando vaya al campo y las alamedas sin nombre me recuerden el ruído del volar de los cisnes junto al río grato. Por favor, sonríeme, querida ausente, pues echo en falta tu sonrisa.

A todo lo bello que nos rodea

Querida Ausente: A todo lo bello que nos rodea le voy a componer una estrofa. A todas las cosas que no son cosas, a todas las personas que hacen de nuestro mundo uno más feliz y dichoso. A todo aquéllo que supone un tesoro incalculable y nos conforta y nos abriga como una manta en pleno invierno. Hoy como otro día cualquiera, es un día para dar las gracias: Gracias por esta vida que nos ha traído la alegría y la enseñanza contínua. Gracias por estar ahí, de una manera o de otra, incansablemente.

Cuando llueve en domingo (y dos)

Cuando llueve en domingo, escucho canciones antíguas en francés, te recuerdo en breves versos y miro hacia adelante repitiéndome varias veces nous sommes le future Pero habito en la calle del presente y ésta debe ser un lugar amable en el que pasar los días, las horas que el reloj marca con su paso constante. Recupero los usos y costumbres de la soledad ya conocida. Si vienes algún día, haré algo de café y Madrid nos recibirá con su caricia de comprensión. Pasearemos por todos los lugares que te gustan, y la puerta de mi casa te dirá pasa, eres bienvenida. Mas no habrá fuegos artificiales, tal vez un centro con las rosas que te han estado esperando año tras año, con su medida paciencia.

Cuando llueve en domingo

<<y en ese claroscuro, surgen los monstruos>> Gramsci Cuando llueve en domingo y en las calles hace frío, me viene a la mente el inevitable asunto del respeto, así como el trato que le damos a aquellas personas a las que de veras amamos y, por las que sin duda, daríamos más de un día de nuestra vida, más de un minuto de nuestro tiempo libre, y le abriríamos las puertas de nuestra casa de par en par, En ocasiones, lo que vemos en los demás, es el reflejo de terceras personas, el reflejo de nosotros mismos. No juzguemos a los que queremos por lo que dicen, ni por lo que hacen, no juzguemos. Quizás sólo estaban presionados, y en los pactos siempre hay contrapartidas. La paz de otros implica el intento de destrucción de algunos. Pero nadie está completamente destruído si se conoce, si se sabe, si resurge una y otra vez desde las cenizas, y remonta el vuelo con alas de esperanza. Cuando me hablabas de respeto, me parecía curioso, porque en el jue

Tempus fugit

Verdor nuevo los espinos Tienen ya por la colina, Toda de púrpura y nieve En el aire estremecida. Cuántos ciclos florecidos Les has visto; aunque a la cita Ellos serán siempre fieles, Tú no lo serás un día. Antes que la sombra caiga, Aprende cómo es la dicha Ante los espinos blancos Y rojos en flor. Ve. Mira. Luis Cernuda Los Espinos  Tempus fugit, amor mío. Pero en esta geografía de calles solitarias, bancos vacíos en la avenida, columnas de un partenón cualquiera, equidistantes en su distribución y  que contemplan  estanques calmos  acariciados por la luz de farolas taciturnas  y la que proviene de los faros de taxis  que recogen a pasajeros trasnochados,  la vida parece haberse acostumbrado  a la fiesta de lo exagerado  donde cambian las formas pero no la esencia.  El invierno desfila  con su ejército gélido aunque no es tan poderoso  para detener la construcción de la primavera,  que parece trabajar a deshoras  en alacenas no descu

La fiesta de las vanidades

Vanitas vanitatis et omnia vanitas , posiblemente del Eclesiastés Hay organizaciones que surgen por un alarido, por un grito cuyo retumba en el desierto, y entonces viene el efecto llamada: todos y todas se unen en una respuesta masiva, se colapsan las plazas, los políticos se alarman, se convoca a la policía, se genera el estado de sitio en el peor de los casos. Poco a poco, el mayo Francés va haciendo de guía, y las naranjas de la China, parecen las directoras de la orquesta. Después viene la campaña de desgaste, las orgias de la identidad en estado mayúsculo, los egos que se exaltan como hogueras underground del barrio de Malasaña. Lo alternativo, la nouvelle cuisine, el art deco, el socialismo útil de diseño copiando el modelo escandinavo. Grandísimo Olof Palme... Pero mejor abonarse a la estela del poeta Gracián y a la del dirigente comunista italiano Berlinguer. Convendremos... En que es complicado construir el futuro de un país si se entra en la fi

Vengo hasta tí

Vengo hasta tí, con las manos vacías pero con la cabeza llena de ideas que no caducan. Hay tantos proyectos que ilusionan, tantas cosas que todavía no te he dicho, que el solo hecho de poder llevarlo a cabo, me resulta el más placentero de los presagios. En la tarde, podrás ver las alamedas que desfilan como un ejército organizado en la ribera del río y un sol de invierno que hace lucir estampas de postal que enviar a las amistades. Pero no adelantemos acontecimientos. Dejemos que la vida nos componga como versos desordenados y cree pequeñas islas armónicas disgregadas donde construyamos remansos de paz.

Sin arrojar la toalla

Querida mía: Aquí sigo sin arrojar la toalla. En esta lucha sin cuartel, que en ocasiones tiene tintes dramáticos pero que no deja por ello de ser interesante. Lo sé... Cada uno tiene sus propias batallas. En este tiempo de distancia, creo que sobretodo extraño esa forma dulce que tenías de quitarle tensión a los problemas y como el terciopelo de tu voz todo lo anestesiaba, y paraba las manecillas del reloj, sobre los jardines llenos de arena. Por lo tanto, seguiré sin arrojar la toalla. Por mí mismo, por los dos tesoros que crecen con salud y fuerza y por la construcción impostergable del amor hacia tí en cualquiera de sus formas.

Te respeto

Te respeto y lo hago desde la firme convicción del que te adora. Pero cuando me pediste que dejara de escribirte, que dejara de llamarte, no lo acepté porque... ¡Habíamos recorrido demasiado camino! Ahora bien... Si el respeto está relacionado con que deje de enviarte poemas dedicados en los que le construyo una oda a la Maravilla que para mí supones, pues supongo que puedo frenarme y debo hacerlo. Así , aunque tarde, sabrás que este anexo del respeto también es cumplido.

Construiremos algo nuevo

Lo antíguo ya es conocido. Por ello, construiremos algo nuevo sin hacer referencia a todo lo que nos frena, Nuestras alas ya están curadas y podemos volver a volar. Superaremos a Ícaro, iremos más allá del Sol. Pero antes aprendo a comprender al que está herido, y al que no comparte por puro instinto de supervivencia. Entonces si el verso nos suena gastado, y necesitamos un discurso que levante el ánimo, no hace falta irse a una elevada retórica ni invocar a las supremas deidades del Olimpo. Nos vale con sabernos distantes pero juntos, al estilo de Cortazar, y si no lo puedes llevar a cabo, con fecha de hoy... No pasa nada. Kein problem . De todas formas, tampoco creas que todo el monte es orégano... Hay tomillo, espliego, mejorana, y madreselva, entre otras especies. Ven conmigo si quieres a visitarlo. Veremos árboles, ríos, cerros y paisajes de invierno.

Te miraría sin cansarme

Te miraría sin cansarme y cuando ya fuera bastante daría una vuelta por el barrio juntando flores para decorar un centro que colocar en una mesa. Ya sé... En este barrio no hay muchas flores y los jardines están sucios. Los perros hacen su caca sobre la acera y los niños juegan entre hierbas pestilentes donde, de vez en cuando, aparecen las ratas y ellos las eligen como mascotas divertidos y risueños. Un encargado del ayuntamiento visitó la escuela y nos ofreció un mundo de color para esta parte de la ciudad. Las obras no llegan pero nos quedó un regusto dulce ... ¡por fin alguien escuchaba al pueblo! Ironías aparte, te miraría sin cansarme, y cuando nos cansáramos mutuamente, pasearíamos juntos o separados, a la justa medida, solos o acompañados, porque para estar contigo no me hace falta verte.

somos idealistas

nosotras y nosotros mujeres y hombres  somos idealistas  pero cada uno en su forma  cada uno en su implicación  en su tarea logística constructora  enfocando la batalla de la mejor manera  algunos dicen apoyar causas  dicen militar en organizaciones  y bajo la supuesta etiqueta  defienden  símbolos, transgreden el icono que ya es marca registrada  hablan en debates naïf  que nada materializan  las tormentas de ideas  se quedan  en aguaceros  lo que cristaliza  debe tener algo más que la intención amable  de plantear propuestas  nuestros barrios castigados  por el paso del tiempo por la lógica irrevocable  del fascismo que avanza lento pero seguro  y que nunca se fué  pues siempre estuvo como vigilante  diurno y nocturno  de las aceras de las avenidas de las plazas, de las calles, hasta de los tejados de los edificios  pero el pueblo se organiza  para resistir la embestida  de aquellas facciones que hacen

Mientras

Mientras dura este tiempo de palabras que quieren ser, y el acto no se ha unido totalmente con ellas, quizás valga un verso o un conjunto de versos, como piedras sobre un arroyo que nace, para mostrarte, alma mía, lo que mis manos te otorgan. Mas el invierno es sólo una estación, y la alegría es algo más que el desenlace de una historia, procuro llenarme de satisfacción y recordarte tantas veces al día como dicte el impulso de la mente, intermitente. Si te escribo a deshoras, o compongo asuntos que no tienen mucho sentido, será que cada significado es un latido, y cada renglón se abastece del anterior como si fuese el último que pudiera ser descrito.

Aferrarse al amor

Aferrarse al amor y no al odio es siempre necesario pues éste es un veneno que nos va destrozando por dentro, sin fecha de caducidad aparente es positivo pero también lo es identificar cuando uno no es amado, o cuando uno es aplazado como un expediente archivado o cuando no se trata de amor, sino es un sucedáneo, llámese placer o exotismo es un acto amable pero no debemos dejar que éste se convierta en hierro es inevitable así como lo es que el café se enfríe es un sueño que puede convertirse en pesadilla pero cuando uno invoca al amor propio puede todo arreglar o todo corromper Aferrarse al amor amando sin agarrar con constancia, tacto y atención Fluyendo como un río Esperando volver a ver al ser amado Y que el reencuentro nos coja por sorpresa Restituyendo la fiesta de la alegría

En noches como ésta

En noches como ésta En las que deambulo sin norte Por calles del centro Encuentro almas que hablan El lenguaje de los solitarios Y entonces uno se reconforta A sabiendas de que todo muta Con la velocidad vertiginosa de un rayo Que no cesa Infatigable Tras su primer estruendo Verás que no he dormido todavía Pero eso apenas ahora importa Porque he conseguido juntar unos versos Todo encaja En este pequeño barco Que toma el rumbo Del siguiente puerto Te imagino En alcobas oscuras En silencio descansando Y yo tan ajeno a tu mundo Tan distante Pero al mismo tiempo tan cercano Siento La palabra no dicha Tras la que se exhibe el deseo Fortaleza De la madrugada entre luces de neón y edificios viejos

Hace falta pararse a veces

Hace falta pararse a veces Contemplar el camino andado Y apreciar lo bello del ahora Desprendiéndonos del traje del pasado Sin embargo, de él recuperamos la enseñanza La lección no aprendida siempre vuelve La piedra sobre la que tropezamos Una y otra vez Permanece impasible En el mismo lugar que ya ocupaba Si vuelves a mi mente Diré que amarte es inventar poemas A deshoras Cuando el horario no se sigue a rajatabla Y tú no das señales Mas yo aguardo Supongo que te oigo de lejos Como una voz antígua Y tu acento Restituye el sustantivo En la oración Hay mediodías medidos y acostumbrados Aunque éste no sea uno tan equilibrado Por la justeza de un adjetivo O por la ambigüedad de un verbo Hace falta pararse a veces Observar lo que uno hace Y escribirte versos de amor

Construir la noche

Con ladrillos de nubes, con cemento de luna, con herramientas de estrellas, con la mirada en un punto que pudiera ser un planeta, así construiremos la noche. Y cuando en la ciudad no queden, unos ojos que mirar de frente, ni un brazo de amigo que nos abrace fuerte, ni haya besos de aquél o aquélla a la que amamos, entonces con ladrillos de nubes, con cemento de luna, con herramientas de estrellas con la mirada en un punto que pudiera ser un planeta, así saludaremos a la noche.

City rats

City rats which live in the underground  They know the darkness of the night  and the deepness of a pond builded by the rain They look at the eyes of the pedestrians  and their mirror is enough strong to accept  the ashes of alien realities Despite of all, they visited the bottom of the palaces, the basements of joy, the first stone of the unbuilded avenues, the lakes with nice boats, the kitchens of old restaurants. City rats will survive because they know the ground very well and they went down to hell many times, they even hesitate if it really exists.

Con tantos sueños por llevar a cabo

Con tantos sueños por llevar a cabo En noches más oscuras Que calles solitarias Con la apariencia de grutas excavadas por la roca Puedo volar pero el papel se queda escaso Y el verso desafía la justicia de un adjetivo Hay luces de farolas Que nos dan cobijo Bienvenidas y Adioses en paradas de autobús tras la marquesina de una tarde lluviosa Un beso, una promesa y una palabra que concilia el acto Nos hemos encontrado y esto es hermoso En este rincón en el que el día es testimonio de su lenta agonía En una ciudad sin muros sin barreras

Desde que te quiero

Desde que te quiero, la vida es más interesante y cada verso dedicado se parece más a la intención que lo trajo. Asimismo, los lugares se hacen más amables, y las fábricas del amor mueven sus poleas con un ritmo más cadencioso. Los holas y los adioses son sólo salvoconductos, y los tranvías no esperan la hora de la partida. He aprendido a aguardarte más allá del tiempo que marcan los relojes de arena, a aceptar que este es el lugar que debo ocupar y a no atormentarme con ideas que sólo son transitorias. Desde que te quiero, ando con más calma, he respirado el aroma a alquitrán tras el nuevo asfalto que trae la construcción de la ciudad futura.

Pseudoinstrucciones para salvar a un Monstruo

Si quiere limpiar su conciencia y salvar a un Monstruo, sírvase por favor de seguir estas pseudoinstrucciones de casi estricto cumplimiento: 1. Sea un Monstruo sin nombre. Compréndalo, y si no puede hágale que transcriba sus ideas a un formato legible o audible. 2. Si ha tenido una trayectoria de despropósitos, fináncielo. El Dinero es lo que puede salvar a un Monstruo de su autodestrucción. Recuerde a aquel amigo que condujo su coche a un pantano para luego precipitarse desde lo alto de la presa. El Monstruo no podrá hacer eso, pues no tiene carnet de conducir y si fuera en bicicleta no se pegaría toda ese palizón para después hacerse daño contra la piedra del pié de la construcción arquitectónica. 3. Más tarde, haga un sondeo y una campaña publicitaria de la ayuda que está dando. El Monstruo puede estar ajeno a toda esta mercadotecnia. Aléjelo si fuera preciso. 4. Si el Monstruo le da problemas de conciencia, busque un antídoto. Llámense antagonistas en la sombra, so

Crónica de un primero de febrero

Comienza este primero de mes con algunas malas noticias pero aquí no termina el sendero. En el trabajo, tras una fase de claro hostigamiento laboral contra mi persona, la situación derivó en despido, y ahora me alejo de los infiernos donde el guardián es conocedor de sus consignas. Habrá demanda contra la empresa. Tras el pedregal, se restituye la paz. Todo conlleva su tiempo, todo forma parte del viaje, de la evolución entre el punto A y el punto B que no son únicos ni estáticos, conectados por infinitas curvas posibles. La realidad nos muestra su mosaico, y el puzzle comienza a encajar, pieza tras pieza, eslabón tras eslabón. Hay una ciudad por explorar. Hay una ausencia de tí que acepto. Bien sabes cómo te extraño y que daría todo por traerte de vuelta pero parece que en el calendario no planifica todavía nuestra etapa en común. De todas formas, mantengo la esperanza y la fé por afrontar tus ojos en plácidas mañanas y noches fugitivas, como r