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Mostrando entradas de enero, 2018

La luz que traen tus ojos

La luz que traen tus ojos en esta tarde de enero hacen que salga ileso de otra debacle que construye el tiempo. Es tu sonrisa al otro lado de la mesa, es la forma en que tu lenguaje se articula para construir significados amables, es la dulzura de saberse acompañado en este refugio en el que los relojes de arena se han parado. Esperanza, no se me ocurre otra palabra y, al mismo tiempo, se me ocurre la convicción de no esperar demasiado.

la juventud anestesiada

los drogan, sí, lo he visto les regalan la tierra prometida les dan salarios irrisorios y encima deben sonreir ... ¡no deben pensar demasiado! sueñan con yates y chalés en la moraleja para ello y en su lugar, han de acatar las reglas del sistema ser prácticos y no cuestionarse ninguna de las consignas de una religión que fabrica el dios dinero endeudarse hablar como sus ancestros apagar el fuego de su llama revolucionaria ser anodinos insípidos dejarse alienar bajo el yugo metálico de una mordaza en su premio vacaciones en el mar y en destinos exóticos rápidos coches de anuncio que colocar como fotograma en instagram, facebook y youtube así funciona la civilización de plástico que plastifica las mentes e idiotiza el cerebro, utilizando con el corazón la técnica de disminución de tamaño trabajada por los jíbaros ¿quo vadis, juventud anestesiada? ¿por qué no evitas el discurso regresivo e involutivo?

Aquel tablero de ajedrez de madera

A mi querido hermano Carlos  (y sí, digo hermano) Tu ternura era otra. Yo casi no la comprendía, pero era otra. En tus manos se fabricaban infinitos afectos, en tus silencios aprobatorios y reprobatorios yacía el hilo tranquilo de tu amor esquivo. Porque huías, siempre huías de la barbarie cotidiana que nos rodeaba, del pacto tácito con el absurdo incontestable que implicaba aceptar del todo las groseras reglas del juego. En tus manos se fabricaban infinitos afectos, como aquel tablero de ajedrez con fichas de madera que me hiciste, como aquellas clases de informática improvisada que me dabas cuando en casa compraron el primer amstrad, cuando me sorprendías al otro de la línea desahogando mi ira adolescente contra el mundo en módicos pagos de línea erótica o cuando veías en los vídeos vhs que tenían etiquetas de partidos de baloncesto los programas de playboy mezclados con las jugadas del Estudiantes de Azofra y Pinone. Pese a todo, yo era simplemente un ad

Esta canción es para ella

A la tan recordada, a la que, mientras la razón me dicta olvido, el corazón se encarga de traer, y hacer que permanezca en el estanque del amor-odio indistinto. [Afecto materno revisitado] Con una fuerza oculta que me aflige y, al mismo tiempo, me alimenta, esta canción es para ella. A salvo. A salvo de todo mal y ajeno a todo bien, camino. Sí, camino. Porque aunque mis pies cansados dicen para, mi mente dice sigue, ya que exhausto no quiere decir vencido. He combatido. Has combatido. Hemos combatido. Cada cual desde su rincón, hemos visto la historia desde nuestro ángulo. El péndulo del reloj oscila con periodos a ambos lados de un muro, distintos. De su progreso material no hablemos, no entremos en el mezquino análisis de lo accesorio e inútil. En la cadena que forma la ensoñación, el recuerdo y la imagen borrosa de un rostro, se cimenta la huella indeleble de lo vivido. Si me llamara otra vez y me gastara una cruenta broma Le diría que cuen

Lo mejor para todos y todas

Ella se puso manos a la obra para construir un escenario que fuera el mejor para todos. Así se lo contaba a sus amistades, de veras, lo creía a piés juntillas. Pero ¡qué curioso! Como resultado de tremenda edificación, quien salió reforzado fue su "pequeño mundo" y con curiosos argumentos bien traídos y elaborados que denigraban al ponente de un amor sin dudas, logró sacar adelante su proyecto. Ya sabe, cómo funcionan las cosas... y Usted me entiende cuando le digo que algunas personas se llevan por delante lo que haga falta con tal de salvarse y sin embargo, pese a que el conferenciante comprendía y respetaba todos los movimientos, los ataques se sucedieron en ambas direcciones y la fabricante del orden se sentía molesta y herida ante tamaña desconsideración. ¡Hasta acusaron de crueldad al conferenciante! Hubo otro conferenciante, por supuesto, que, efectivamente, se portó como un ser cruel pero al que casi nadie menciona y que ahora llev

A una mujer maltratada

Martillo y Yunque entran en el vagón de tren del herrero  y el artesano los mira. El primero, déspota y altivo, con su verbo  incontestable, su adjetivo que hiere, su sustantivo que humilla. El segundo, acostumbrado  a ese silencioso  porvenir  que le es conferido a los relegados. Para el martillo, golpear es su sino. Impera arrogante y el yunque  se inclina con religiosa vocación.  En una noche de invierno, el martillo revienta el yunque  y el artesano lo tira al río. Camina presuroso y reposa. Mientras llora, se sienta en un banco de piedra  en una plaza  rodeada de reyes castellanos.  

Y te envío palabras de amor

Y te envío palabras de amor en la madrugada, que son indiferentes a los muros, a los anillos, a los compromisos y a los años que hace que no nos vemos. ¿Se pueden escribir palabras así? ¡Ya lo creo! Ojalá cuando vengas, no sea una broma pesada. Ojalá cuando vengas, hayamos olvidado todo lo que nos hirió o, mejor todavía: hayamos aprendido de la experiencia que es intentar algo olvidar. Porque ojalá cuando vengas, tu mirada se haya descongelado en el antártico mar de un mal recuerdo. Rescatando y haciendo arqueología de la memoria. ¿Quién incendió ciudades, quién reinventó los mares, e hizo que los ríos fueran pequeños remansos de paz donde el caminante descansara y se parara a pensar? ¿Quién invocando a no sé qué justicia pretendió dejarlo todo sellado y sentencias se dictaron bajo el futuro augurio de un gran adeudo? Descansa ángel caído del amor y propulsa tus alas hasta el siguiente amanecer donde los lirios te abrirán sus puertas hacia la

Por caminos de invierno (y dos)

El invierno es el pretexto para iniciar un poema y éste arranca con una pregunta: ¿Qué será de nosotros cuando todo sea asfalto? Cuando no haya hielo sobre la tierra, ni haya arena, cuando el macilento cielo sobre los tejados sea sólo un manto asfixiante, y el tibio sol ocre de una mañana de enero no nos recuerde cómo es vivir de otra manera, cuando no haya un anhelo de una vida mejor. ¿Qué será de nosotros cuando ya no quede nada de nosotros? ¿Qué será de nosotros cuando no nos tengamos con la contrapartida de una palabra de alivio y afecto? ¿Qué será de nosotros cuando tras el vértigo de las azoteas diezmadas no nos podamos recobrar y todo sea sombra en un callejón que dure años? Amanecerá en Babilonia por aquel entonces y sus torres nos protegerán o no, pero amaneceremos.

Asesinato en el jardín de los Schaffer

A Peter Hoffmann le seguían hace tiempo. El matrimonio Schaffer había buscado un detective privado para encontrar pruebas fehacientes del tremendo acoso que sufría Hertha por parte de Peter. El encargado de tal misión, un tal Hans Rechner, que además de dedicarse a este oficio, era fotógrafo profesional, frecuentaba los parques en el que Peter solía sentarse a leer, o a tomar apuntes del susurro de las fuentes, o del trino aterciopelado de los pájaros. La hija de los Schaffer, Gertrud, vivía un tremendo infierno, desde que a Peter le dió por mezclarse en asuntos privados con su madre. Según fuentes oficiales, Gertrud jugaba con Peter, y sonreía levemente, incluso llegaba al nivel de la carcajada según las malas lenguas, pero éste no es el asunto, Damen und Herren... Porque Rechner no consiguió ninguna prueba, en concreto... ¡Ah sí! Los correos diarios en los que él le hablaba de su nostalgia, o le enviaba una canción o un poema... Como Rechner no encontró el argumento de una posibl

Todavía, la armonía

Ya sé... Debo liberarme de todo lo que me impide continuar. Sin embargo, cuando pienso en tí, todavía, la armonía surge tras la hoja en blanco. Vale. Llámale las ganas. El deseo que se excede en su origen. Porque éso que llamo armonía es inexistente. En su definición, armonía quiere decir equilibrio, proporción, correspondencia entre las partes de un conjunto. En nuestra relación, hoy desaparecida del mapa como un país o una ciudad que, por el paso de la historia, hubiera cambiado su nombre o como un hombre o una mujer que hubieran comenzado una vida nueva en un lugar distinto con pasaportes falsos, identidades inventadas, quedan algunas luces. Acompáñame si quieres por el camino de esta propuesta fantasiosa... Imaginemos que ambos, desprovistos de todo lo que nos condena a vivir alejados, nos emplazamos en una estación de tren y elegimos al azar un billete a un destino que el bolsillo pueda pagar. ¡Sería formidable!

Ella es una Mujer libre

Ella es una Mujer libre y hay que respetar y alabar su valentía . Ha tomado decisiones que no tenían por qué gustarme. Eso es todo. Recuerdo la primera vez cuando creí ver en sus ojos la luz que me acogía. Jamás calculé que entraría en un laberinto de afectos, que ella huiría al tiempo y que intentaría dejarme en una situación de clara desventaja sin defenderme ni siquiera un poco... ¡No sé si la culpé más por no haber correspondido a este canto sin prosodia o por haber intentado confundirme con falsas señales! ¡Mezclar arte con amor es un doble fracaso como nos dice Marcel Proust! Ahora todo aquéllo ya ha pasado. Si algo queda, aunque sea una brizna de amor, que sea gentil y amable, un leve hálito de esperanza que invoca al futuro.

insignificantes oficinistas

insignificantes oficinistas dotan de significado la palabra idiotez mientras mastican sandwiches o muestran su altivez y su arrogancia en decorados de diseño sacados de la cnn pero ésta es la historia del tebeo mientras muestran sus caras serias o hacen sus gestos de suma importancia me río... Genil, Manzanares y de Janeiro ¡qué significante es la risa! ¡tremenda arma de divertimento masivo!

Miedo me da...

Miedo me da... A creer a pies juntillas en las verdades que otros propugnan como las únicas y verdaderas A no cuestionármelo todo A que las cosas no cambien para mejor A que nada pueda ser revisado y sigamos instalados en la misma lógica torcillera que sólo beneficia a los inmovilistas A ser un conformista A estar instalado en el confort A no ser exigente con la información que a diario leo A idiotizarme con el narcótico de una mentira A creer que los demás son los culpables de una desestabilización A formar enemigos únicos de forma insconciente mediante un mecanismo de extrapolación A no pararme a pensar A no pararme a amar a los demás A no pararme a escuchar la música que suena en mi radio A inventar mentiras que debilitan al otro o a la otra A no ser honesto A no mirar de frente A no ser fiel a mis principios, a mis juegos medios, y a mis finales A no dejarme la piel por mis hijos en cada embite y seguir embistiendo (con criterio,

Frau Schaffer schreibte mir

Frau Schaffer schreibte mir einen Brief. Sie erzählte mir die traurige Geschichte einer unvollständiger Liebe, auch von einer Maskerade, von dem falschen Lächeln der Statuen, von Einsamkeit in den Wintertagen, von dem geheimen Code eines Verzichts, von einem erzwungen Abschied. Frankenstein existiert nicht dann .. Er hat alle getötet und er war gegangen. Sie erzählte mir von vereinarten Tänzen in ausgewählten Kreisen. Sie wünschte die Klarheit eines Sonnenaufgangs sehen und die Dunkleheit einer bösen Nacht hinter sich lassen. Sie wollte die Freude und der Frieden, ein neues Leben beginnen und die verwundete Landschaft hinter sich lassen.. Aber .. Können Sie die Konsequenzen berechnen, wenn Sie jemanden lieben?

Cuando las visitas a Granada

Cuando las visitas a Granada se conviertan en una secuencia de rendez vous con ciertos reyes, no tendrá demasiado sentido engrandecer su vanidad y entonces preferiremos la mascarada en otras latitudes, donde el mundo no sea necesariamente menos hostil, pero tal vez sea más veraz, un espectáculo con luces y sombras, ¡de éso no hay duda! Nos sobran nombres de posibles monarcas, y nos sobran motivos para no rendir pleitesía a tan gráciles señores... ¡Tampoco a las señoras que tienen aspecto de futuras reínas! ¡Tampoco nos encajan demasiado los carpinteros que celosos, remachan cualquier clavo, según ellos mal apuntalado! ¿Con quién confraternizaremos en nuestra Granada? Granada, es la crónica de una ausencia pero nos aliaremos con sus calles, seremos confidentes de sus paisajes, y de la geometría de sus atardeceres. El panorama humano es otro asunto... Amaremos la soledad como nos enseñó a amarla Rilke

Dos ciudades siamesas

Villarriba y Villabajo Por eso, querido señor, ame su soledad, soporte el dolor que le ocasiona; y que el son de su queja sea bello Rilke Dos ciudades siamesas ligadas por un mismo cerebro han decidido juntas sus destinos en común unión de su ideario. Es la historia que ambas tienen las que forma el sólido vínculo. Son tantos recuerdos, tantas fotografías, tantas canciones de guitarra en misas dominicales y tapas en el Bar Luis de la calle Navas. Es la estructura paralela de dos familias, la salvadora y la salvada... Esperábamos como agua de Mayo el bocadillo de jamón redentor. Pero miren bien que sí les soy agradecido pero forzar la relación apelando a no sé qué militancia oscura de un recuerdo que ya es pasado, me parece puro anacronismo. Dos ciudades siamesas, dos destinos. Déjennos decidir con quién queremos viajar, déjennos decidir si fotocopiamos nuestro destino. Déjennos vivir en paz. Les felicitamos por su éxito. Déjennos tranquilos po

El paisaje sórdido de las Tablas

Al norte de Fuencarral, entre arenales y escombreras, construyeron de la nada, algunos edificios empresariales, de granito y hormigón, cemento y metal. Avenidas surgieron, plantas, helechos y algún árbol mal plantado. Las cuatro torres se divisan en los días claros. La ciudad está allí al fondo impasible ante tamaña fealdad. ¡Las Tablas es un barrio horrendo! Escuelas casi prefabricadas, gentes con dinero, ferias improvisadas, recreo de niños y niñas cuyos padres y madres prefieren aparcarlos como a un auto de choque. Academias de inglés para que sus bebés salgan hablando con el remozado acento de Vaughan, en esta ciudad que es la New York de la Mancha, patrocinados por el Mundo digital. Restaurantes, oficinas, pasos de peatones como pasillos de un gran aeropuerto, donde hasta las esquinas tuvieran código de barras. Así observo el paisaje sórdido de las Tablas. Quizás Guediguian pueda describir este barrio en la forma magistral en que describ

El cuento del junco llamado Jacinto

En medio del invierno  descubrí que había, dentro de mí, un verano invencible.  Albert Camus  Érase una vez un junco llamado Jacinto, hijo de un jacinto y de un junco de la ribera. De niño aprendió a bailar con la suave brisa del estío, cuando el sol arrojaba briznas doradas en atardeceres y sus demás compañeros le animaban haciéndole palmas para que se moviera con más energía, describiendo bellos círculos y envolviéndose en geometrías diferentes. De repente, vino el otoño y su casa se llenó de charcos y agua a raudales. Los árboles cambiaban los colores de sus hojas y la música que rodeaba era la del discurso de la lluvia entre los carriles cienagosos donde los montones de leña se apilaban en diferentes puntos para ser llevados a las fábricas de muebles por los porteadores. Jacinto entonces se entristecía al ver que el cielo lloraba pero seguía bailando pues ésta era su forma de resistir el inexorable paso del tiempo. Bailaba por el simple hecho de bailar y no le movía el hecho

Las lealtades según Juan Merino (4)

Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va Sevillana La lealtad es algo más que una mera intención de pertenencia, el seguimiento de una amistad, o un principio de camaradería. En la historia personal de Juan Merino, había habido grandes referentes. Uno de ellos, era su padrino. Alguien que traía regalos espléndidos y que lo llevaba a mil sitios, pero que le dejaba frío el corazón como cuando jugaba a ser padre y le regañaba mientras Juan miraba la luz naranja del sodio en las farolas de la barriada de Cartuja viniendo de Alfacar. O cuando sin venir a cuento, no investigaba demasiado las acusaciones contra él vertidas en fiestas familiares y le reprendía porque sí. Hay fue cuando Juan empezó a plantearse qué rito iniciático precede a la lealtad, qué forma tienen los sueños con forma de caballo llamado Lucero cuando no vienen acompañados y refrendados en el gris acero de la cruenta realidad. Alfredo Merino, que era el nombre del tío de Juan, tenía un gran amigo alemán llamado

Como el ángel caído

No se puede hundir a alguien que conoce el fondo de un mar y tampoco... se puede herir a alguien que ha sido dolorosamente herido. No se puede matar a alguien que ha muerto en muchas ocasiones No puede nevar más sobre un terreno helado y sobre el que se ha depositado la nieve más negra y oscura. Como el ángel caído, digo adiós al paraíso, y en la ciudad de extramuros que fabrica la soledad consciente y sonora, rompo en pedazos el mapa y la ruta, hago añicos el cuaderno de bitácora del respetado navegante. Como la canción sin estribillo, respiro. Como un adiós como coartada, disparo. Y en mi corazón hay aristas ya romas, que toman forma como trozos de esculturas en el hielo. Es Enero, y prefiero este amanecer de saberme y esta alegría de no esperar nada.

La Sevilla que ignoro

La Sevilla que ignoro es la que deseo conocer. He caminado alguna vez, por los jardines de Murillo, y he escuchado el rumor de las fuentes. ¡Una Sevilla así es la que me conmueve! La Sevilla que me causa rechazo habla de cortijo y alabarda, toque de corneta y señor montado a caballo con abrigo de mantón y un sombrero cordobés. La señorial Sevilla, de patios y jardines privados donde las cancelas tienen zarzas que no invitan a penetrar al forastero. La patriótica Sevilla, de golpe de pecho, viva al Rey, viva el Dictador y sagrario, bastión familiar inexpugnable e indecible, ¡que se caga en todo lo que defiende después en el Rocío! Queipo de Llano mandando asediar al incienso, a la procesión y a que todos salgan en semana santa de truenos vestidos de nazareno y camareras de la Virgen. Cernuda abre la veda, y salta la perdiz entre los versos. Disparamos con palabras de calle Betis, y atardecer sobre el puente de Triana, postal que enviar a las amistades, tó

Las lealtades según Juan Merino (3): Escena de cafetería en el cementerio

Juan Merino escribió: Un escuadrón de tipos importantes en la barra de la cafetería de un cementerio del sur. Uno, que inicia el turno de palabra, cuando ya habló demasiado durante los años anteriores, en sus actitudes hostiles y manifiestas contra mi madre (que estaba lejos de ser la mujer perfecta, pero a la que me debía en cuerpo y alma), para emitir un comunicado oficial en su calidad de ingeniero jefe del ministerio de obras públicas... Tras escribir ésto cupo decir que... Juan, con veinticinco años, muchos cafés en la vena, y el dolor de apenas haber dormido y penar a una madre muerta, no fué diplomático. Lo mandó al carajo como lo haría mil veces, por su estúpido comportamiento de años. Para querer a alguien, hace falta algo más que estar ahí, como un soldado vigilante.

Las lealtades según Juan Merino (2)

La distancia, según Juan Merino, era algo más que una meseta castellana y las estribaciones de un sistema montañoso hasta llegar a un mar de olivos y al relieve escarpado propio de la tierra. La distancia, según Juan Merino, era algo más que una geografía, era algo más que una ausencia de años de la ciudad donde todo comenzó. La distancia era falta de comunicación, lejanía con aquéllos a los que, en otro tiempo, creyó haber amado. ¿Fueron siempre sinceros o llevaron a cabo el guión tradicionalista y de las jons? Mientras sus mayores le exigían el silencio y el respeto, hacían y deshacían a su antojo en un juego de naipes que Juan aprendió deprisa mezclando la visión de su madre , lo que ella le contaba y lo que sacaba en lo concerniente a las conclusiones propias. Las opiniones de su madre condicionaban el guión de los acontecimientos, pautaban las batallas, y él como fiel soldado, disponía sus ejércitos contra los que construían aquel quebranto.