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Mostrando entradas de mayo, 2017

Querida ausente (CXXXIV)

Querida ausente: Te he echado de menos en jardines obsequiosos, en ciudades que generosas deslizan sus fuentes como alfombras al paso del caminante. Esta Zaragoza de libertad es más que un himno . Ven si quieres a celebrar conmigo sin anillos ni pertenencias ni sonrisas por puro cumplido. Los ríos son infinitos pero la diversión no es infinita, el amor espera pero ven algún día! Die Flüsse sind nicht endlich, die Lust ist nicht endlich, die Liebe wartet aber komm einigen Tag! Sin ruegos, ni prisas pero ven a este rincón de la tarde que aguarda tu llegada silenciosa

Young and wounded Oedypus and Snow White mixed Cinderella

Young and wounded Oedypus was upset Her Love disappointed him She didn't look like his Mother She didn't express like the woman who brought him to the World Actually, her face was a quiet mirror towards the past, the almost forgotten late past, the time which can't be changed. Her voice, reminded him someone else's voice, the voice of a friend's Mother: She looked always really happy, she looked always very strong, and he missed all those attributes in his own Grace. Snow White went out running from her Step Mother's Castle. Her Step Mother had the shape of a dragon. She mistreated her and her Father couldn't achieve certain ability of communication and understanding. Her Mother tried to help but once everybody had accepted her new life and situation. Her Step Father was a nice guy but he barked like a dog and moved like a jumping bull pretending to be a superhero. House like the office doesn't allow that Oedypus watch porn movi

Querida ausente (CXXXIII)

Querida ausente: En esta tarde de tormentas eléctricas, dispongo el verso sobre la mesa del taller de estrofas, agarro el serrucho y corto justo por la medida hecha. Entonces el tablón es lijado, y de la viruta que va al suelo, hay algo del tiempo que nos queda, del reloj de arena se juntan las  pesquisas, tímidos augurios, tormentas eléctricas en una Zaragoza, propia de un avispero aldeano. El arroyo hiede y yo lo cruzo por un puente de madera. El Ebro lo espera con su signo de interrogación. El puente romano me ha dicho que nos aguarda algún día, de no sé qué año, y no es urgente definir una fecha, aunque a mí me va la vida en verte y de veras que quisiera abrazarme a tí para no soltarme . Ya sé , es un afecto que raya en la obsesión pero yo le llamaría más bien evasión, esa puerta sin ser fantasía a recrearte en el jardín despejado, donde hemos sido cómplices, donde representamos una gran obra. No, no me desconsueles. No me digas que fue un pape

Aves carroñeras

Cuando quieren decir algo malo de un hombre dicen que es un buitre, pero los buitres se alimentan de carne muerta. Desde luego, un tipo baboso y mal encarado es siempre un disgusto. ¡Cierren sus puertas con mil candados cuando vean a alguien así! ¡Protejan a sus hijos de don juanes, crápulas al peso, y otros indivíduos propios de la fauna urbana! Pero si sólo es un rumor, concédanle si quieren el beneficio de la duda. Pudo ser que un tipo como éste, llegara a ser un degenerado por simple evasión.

La madre superiora

#En términos de la organización escolar es sólo una visión tal vez equivocada de una persona apasionada y muy trabajadora, a la que admiro por su tesón y sus ganas pero de la que no me convencen algunas tácticas y estrategias. Nobody's perfect, by the way. Querida madre superiora, querido padre superior de los conventos escolares: No hay asunto que no pase por tu estricto control, ni palabra que no haya de acompañar cualquier frase pronunciada . Durante estos años, he admirado esa lucha tuya incondicional y abnegada, porque todo fluyera como el agua de un río, dulcemente. Tu tarea con los libros es encomiable, tu brega constante con las extraescolares maravillosa, y faltan manos, sí, y tú estás ahí, dando el callo por la cuestión colectiva, y este colegio es mejor gracias a gente trabajadora como tú. Pero esas tendencias tuyas de colocarte al sol que más calienta, de contar medias verdades, mentiras a medias, no sin ayudar a quien dices no ayudar, no te co

Querida ausente (CXXXII)

Querida ausente: Hoy no estás ausente porque todo en la ciudad te señala de alguna manera y yo te recuerdo en aquella estrofa que compongo, en cada música que escucho, en cada pieza que muevo, sin ninguna duda. Porque hoy es el día.

Tu cumpleaños

En el día de tu cumpleaños, ¡que toquen las campanas de las iglesias y que la alegría cunda en los jardines! ¡Que haya desfile con una banda y que las flores luzcan más bellas! Si por todo éso no bastara, ¡convocaremos a la risa y ella será nuestra mejor embajadora! Con mis mejores deseos  para tu día especial, este que subscribe  firmado con fecha y hora, del año de nuestro Señor dos mil diecisiete

Se destraba la madeja

Me despierto y por la ventana veo los muros blancos de los edificios de la barriada , también las antenas de televisión y los tejados . Las nubes, inquilinas del cielo inquieren sobre el tiempo que ha de venir, mas sólo el caminante y el propio camino conocen sus fundamentos internos. El río, susurra canciones alegres y la primavera, es sinónimo de un paréntesis que se restaura en el taller del artesano como viento cálido de mayo tras los rosales, y sólo el gorrión muerto yace en el alfeizar de la ventana. La niña lo mira desde su cuarto. El arco de madera junto al baúl tiene la cuerda rota, pero se puede arreglar y realizó su cometido. Todo comienza de nuevo cuando se abre la puerta y se destraba la madeja.

Querida ausente (CXXXI)

Querida ausente: En esta noche en que Madrid tiene los museos abiertos y yo saco palabras de la nada tras una farola que rezuma musicalidad, o tras una avenida que trae un gentío, me siento a escribirte unos versos nómadas que caben en un pequeño rincón de una maleta. Mañana, como cada semana, tomaré rumbo al Norte, y fragmentos de tí viajarán conmigo a coordenadas desconocidas bajo un sol clemente que aguarda y el árbol generoso que resguarda. ¡Ven junto a mí, al paraíso sintético donde una frase sea dicha con escasas palabras y un sentimiento sea algo más que una escena de puro cine mudo!

Querida ausente (CXXX)

Querida ausente : La vida pone sus reglas sobre el tablero y uno hace sus movimientos tocando a cada tanto el reloj que no permanece impasible. De este amor que trasciende lugares como esta sala, con números, computadoras, y caras serias. De este amor que trasciende la estrofa contenida en las estaciones de tren, de autobús, en los meses del año, que va más allá del nombre de un río, o de las coordenadas que un sentimiento antíguo, como el deseo escrito en pasado, y la certeza de que podemos revivirlo. No te enfríes, tras el hielo que otros vierten, no te enciendas tan rápido que no seas tú misma. Ven despacio, pero ven, a esta plaza que diseña tibios sueños racionales y ordenados, con sabor a furor, con sabor a futuro.

Querida ausente (CXXIX)

Querida ausente: En este viaje diario, no urgente, trato de aliviar la pesada carga del momento, reconciliarme con el mundo y comunicarme conmigo, comunicarme contigo. En el día hubo una pequeña victoria sindical: La abogada y yo sonreímos al finalizar el acto en los juzgados de la calle Princesa cuando celebramos la dicha de sabernos vivos, de tener salud y de ratificar el acuerdo con la anterior empresa de funesto recuerdo y de funesto nombre, en la que la cantidad era lo de menos (mil euros) cuando se trata de la dignidad, de la honra, y del consecuente antagonismo de clase. Marcho a Zaragoza. Serán sólo tres días y me voy con la satisfacción de haber hecho lo que he podido. Recibirás noticias mías en forma de poema y si así es tu deseo. Seguiré diciendo cosas serias, algunas con sentido y otras que suenen a estupidez superlativa, con muchos énfasis (risas)

Querida ausente (CXXVIII)

Querida ausente: Los poetas colorean las tardes con versos naranjas como el topacio y los niños intentan hacer fuego sobre ramas en los parques con lupas de plástico. Después de la fiesta del agua, toda es la crónica de un día donde la calle, es algo más que una sucesión de pequeñas batallas ganadas contra el tiempo, y construcción de la esperanza presente y futura para los que vienen. ¡Cómo decirte que ya no hay desierto y que el susurro de tu voz podría ser la miel que decorara las horas! ¡Cómo decirte que la herida cicatriza y que me niego de forma visceral a ser esclavo de un amor, en la superficie, no correspondido! ¿Para qué seguir engañándome con la canción de ayer si hoy puedo construir la canción del tiempo actual? Te amaré pero no así, no así, en este juego de naipes desigual, donde tú posees todas las cartas. Déjame escribir estos versos lentos de noche de domingo, donde la luna es una farola sobre el cielo de la Gran Vía y puedo decir que me si

Querida ausente (CXXVII)

Querida ausente: El no saber de tí, dejó de doler El querer saber de tí,  hace que la máquina de la ensoñación se ponga en marcha y que el proceso continúe in crescendo hasta que la razón coloque cada asunto en su lugar, equilibre el inicio, regule la trama, establezca el desenlace, fabrique el enredo, desenrede el enredo, el nudo prevalezca, y la nave suelte amarras, y continúe el rumbo hasta entrar en el proceloso mar que nos separa. De estas crónicas de ausencia, he aprendido lo siguiente: Es inútil explicar lo que se siente al llamarte ausente, porque nunca tendrás este nombre si vives en mi interior.

Querida ausente (CXXVI)

Querida ausente: Cuando los versos se agotan, uno recurre a la fuente inagotable de historias que es la realidad. Ésta nos habla de ausencias prolongadas, de gestos y señales que depositaron esperanzas y una siembra de presente y alentador futuro. Nos sitúa en lugares que no habríamos ni siquiera imaginado y continúa la senda del amor construído y postergado. ¡Cuánto cuesta aceptar un adiós! ¡Cuánto se anhela al ser amado! ¡Cuántas razones tengo para volverte a ver y que el abrazo no me aleje de tí, tan sólo lo preciso!

Querida ausente (CXXV)

Querida ausente: En esta tarde en la que luce el sol y llueve me siento en los bancos de un parque y me como un bocadillo. Cruzo un río que se llama Huerva y voy a mi recién inaugurado barrio Las Fuentes donde bebo de la literatura y del fragmento de realidad hecho estrofa. Si vinieras, del presente de subjuntivo, acariciría tu mano y juntos recorreríamos las calles sin despegarnos ni un momento.

Como un mensaje en una botella

Como un mensaje que se introduce en una botella para ser lanzada al río, y que del río llegue al mar, y que del mar salga para yacer sobre una orilla, así va mi carta, principio de relato y crónica de vida. Escribí un poema. Bueno, escribí más de uno pero era uno concreto sobre una habitación de hotel con un número incluído (la 404) y dos personas que van hasta ella, donde duermen, se alimentan  y al salir como hojas que caen de un árbol, se diluyen en la ciudad navegando por ella, y sí, navegan como algo más que dos cuerpos inertes, algo más que dos figuras de la creación, algo más poeta, algo menos musa, algo más cuerpo resistente y consecuente, el de ella. La musa se desprendió de su papel aparentemente pasivo y tomó las riendas del proceso constructor. También contaba historias con su pluma precisa recorriendo paisajes humanos, la psicología de los personajes, los lugares físicos y soñados con avidez y desparpajo. Poema y Novela fabricaron un nuevo género literario que se

Querida ausente (CXXIV)

Querida ausente: Cuando el deseo no es una misiva urgente, uno escriba un poema con la lentitud propia de una balsa que navegara en un fragmento de océano y divisara como un paraíso una isla y como puerto el amor que se invoca.

Querida ausente (CXXIII)

Querida ausente : En barrios como éste habito el rumor de tardes de primavera, y te invito a recorrer estas calles con nombres distintos, como los de cualquier ciudad distinta que tienen el aroma de un tiempo anticuado, que guardan el sonoro ímpetu de un tranvía o la lógica acostumbrada de hoteles grises. En el interior de uno de ellos, interrumpe el recepcionista, y añade, aquí tienen la llave de la habitación 505, pueden divisar esplendores macilentos y acompasados de tercos escritorios veinticuatro horas, de tibias entradas a la quinta planta o lentos callejones con balcones dorados del centro de Caesar Augusta. Hostal Cataluña se complace en recibirles, tomen el desayuno si gustan pero no se dejen guiar por los carteles, nuestro horario no es el que propone la teoría. Allá afuera, la ciudad no está sitiada, no hay muros infranqueables, ni cortinas de alambre. Hay palacios que recuerdan a lugares del sur, un vasto río y las gente

Querida Ausente (CXXII)

Querida ausente: En estos días de travesía entre Madrid y Zaragoza, cuando cambio el arroyo Abroñigal (aunque soterrado) por el Huerva o por el Ebro, tu recuerdo se hace más presente que nunca, es crónica e impresión gráfica de la carencia que supone el hecho de que te guareces tras un muro de tiempo y, por tanto, no te veo. Pero sé que de alguna manera sigues ahí, silente y reservada, esperando quién sabe que los relojes cambien su ritmo. Diré que esta urgencia que no es tan urgente, pero me conduce a escribir un número ilimitado de mensajes en forma de epístola con un asunto parecido y en los cuales hablo del amor que te profeso, de ese amor que calla y cuando no puede más estalla como un volcán sobre los versos.

mi querido Alejandro

Ocho años de naranjas Ocho años de sonrisas Ocho años de alegrías Ocho años de vida no siempre fácil Ocho años de amor sin interrupción El amor que se calla es más que amor El amor si se calla no es del todo amor Mi querido Alejandro : Que tu arroyo de virtud sea un río grande atravesando un bosque frondoso y que yo pueda verlo Que cuando te falte, en tu recuerdo sólo exista el dulce sabor del pasado y que de tu pecho brote el amor que me has dado

Querida ausente (CXXI)

Querida ausente: Cuando Caesar Augusta muestra sus ruínas y las calles del centro deciden ver aparecer su esplendor con dorados tejidos de luz tardía, entonces y sólo entonces el Ebro es un remero incansable, un tranvía que surcando el raíl, las margaritas junto a la hierba agita, un puente de geometría exagerada, el dibujo de una ciudad formada por innumerables edificios que se parecen a cajas de zapatos puestos de canto. El carpintero aguarda tras su taller de horas, a ver a las aguas del río ser acariciadas como el viento. Ya no hay certezas. Ya no hay dudas. Una palabra, un acento, una tierra condenada a conocerse, tras los vestigios de un imperial pasado decadente. Es Zaragoza, y yo miro al sur de la ciudad, donde los tranvías no llegan, donde el color gris de las calles, nos recuerda el aroma de arrabal, de las tiendas de alimentos con canastos en la puerta. Hoy, tras tu recuerdo vendrá la noche, y estás presente, como este poema que re

Querida ausente (CXX)

Querida ausente: El Ebro es un gran compañero y por su ribera me refugio entre sus árboles, el trino armónico de los pájaros, la soledad del pedregal y de la arboleda. En días de primavera como el de hoy no hace falta demasiado para ser feliz. Tan sólo una carrera contra uno mismo, una contrarreloj en la que resistir es la única y ulterior victoria, donde el corazón palpita, el pecho se ensancha, ambientado con fotogramas del barrio de las Fuentes, al sur de Zaragoza. Podría decir que te extraño en estas casas anónimas que visito, en las que soy un nómada de habitaciones, y viajero incansable en el autobús pero valoro la suerte de poder trabajar aquí, de poder habitar paréntesis de tranquilidad con ráfagas de viaje a Madrid. Escribe algún día, cuéntame de tus éxitos, de tus éxodos, de tus aventuras, y de tus andanzas. Sabrás que eres bien recibida en este lugar de la tarde donde nos encontramos entre versos.