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Mostrando entradas de abril, 2017

Querida ausente (CXIX)

Querida ausente: Cuando frente a la hoja en blanco, no se me ocurren palabras que escribir y el tedio me invade con su ejército silencioso y macilento, entonces construyo muros, levanto murallas, e invoco a la alegría que tus ojos otrora trajeron. En ese reducto indestructible, que se niega a perecer como toda edificación de tiempo, todo está por comenzar y yo me aferro a esas pequeñas esperanzas que tus cartas y tus palabras no me dan. Y claro, alguna vez me he planteado en desistir de este viaje pero... ¿Sabes qué es lo que empuja a mirar siempre adelante? La convicción de que podré encontrarte en algún instante, no sabiendo ni cuándo ni cómo ni dónde y entonces sin pactos ni contratos escritos a lápiz o a máquina, el abrazo provocará el estallido de este cuerpo que te anhela desde hace años.

Madrid, isla en el tiempo

Madrid, isla en el tiempo, a la que regreso de a poco, como a tu fehaciente recuerdo, glosa de un tiempo que se resiste a ser otro. Te he adjudicado un salvoconducto, que no utilizas, y que parece que no has pedido. Sin embargo, yo albergo esa cotidiana esperanza de verte aparecer, brillante, pura y cristalina, sobre la fuente rota de la tarde, en otro jardín, en otra geografía distante, tras el acero fino de un cielo que ahora nos pertenece. ¿Fuímos acaso desterrados? Ayúdame a engañar a las sombras, para así de una vez por todas, aliviar la espera, ayúdame a decir casi todas las verdades que pueden ser ciertas en esta hora de la noche, tuya y mía, infinita como el Ebro en el paisaje aragonés.

Cuadernos zaragozanos

Pronto comenzaré a escribir otro poemario y lo llamaré con el gentilicio del lugar donde voy a vivir entre semana. Los cuadernos zaragozanos vendrán a llenar las horas y los días de un tiempo en construcción. Tal vez te aparezcas, tras un espejo en el Ebro, o en algún parque de la ciudad a media distancia entre la oficina y la tarde que se abrirá como un libro. Entonces, espero a que me dures, todo lo que un atardecer puede suponer, más allá de las divagaciones, de las posibles suposiciones de lo que debería ser, ¿quién dijo que no estarías en cada paisaje que diviso tras la clemencia de un cielo benefactor?

Yo estaré contigo.

Dedicado a mis dos hijos. De su padre por fascículos o por entregas, a distancia, semipresencial. Aunque no me veas cerca, yo estaré contigo. Aunque la noche sea oscura, yo estaré contigo. Aunque la mañana sea un desierto y la tarde fría batalla, yo estaré contigo. Porque siempre lo he estado, y una geografía no puede alterar el curso natural de un río, y pienso llevarte muy pegada, muy pegado a mi pecho. Cuando me eches de menos, llámame por teléfono o dí mi nombre, y allí estaré al otro lado, como siempre lo he estado, para dedicarte mi tiempo, mi atención y mis cuidados, para darte el amor que mereces.

Querida ausente (CXVIII)

Querida ausente: Cuando en el locutorio, la luz de la bombilla azul, recuerda algo así como a la tristeza, yo la identifico con el tedio, con el cansancio, pero todavía así sigo en la construcción del verso que no acaba, de la ciudad incompleta y siempre por edificar que es este poema. En la calle, tibios lirios te recuerdan tras las vallas y taxis ocupados descienden tras las avenidas desde donde se divisan neones, gentíos, y la soledad aplazada de las personas cansadas. Allá donde estés, será para tí como ofrenda, esta sed de beber de tu fuente sin ancla, mar que resiste un temporal donde la isla es un punto y seguido.

Querida ausente (CXVII)

Querida ausente: La tarde fue propicia. Ni el placer, ni el dolor duran una eternidad. Por eso bebí de las fuentes de la cotidiana alegría y rebasé la frontera que me separaba de la arena, de la piedra, del crudo y fútil asfalto. Acudí a la flor, madreselva victoriosa en el jardín, y recitó tu nombre de memoria como si nunca te hubieras ido, como si tu despedida nunca hubiera parecido una huída teñída de la lágrima que, fugitiva, te acompañara. Mas ahora, cuando anochece en la ciudad, la soledad me recuerda este itinerario afectivo - existencial en el que cada palabra antecede al significado de una nueva palabra que en su origen no se ha formado y que habla de la esencia de un nuevo amor instantáneo que brota, como el arroyo tranquilo de las puras aguas. El arroyo hecho río, me trae un viento que me dice: ¡Cuántos lugares todavía no visité todavía contigo! ¡Cuántas palabras todavía no se han formado desde que te conozco!

Querida ausente (CXVI)

Querida ausente: Cuando desde la estación de la poesía, me monto en el tren de las palabras, cualquier momento es propicio para iniciar el viaje de un poema, dirigido a tí. Te quiero, con el convencimiento del que podría esperar más de una eternidad hasta tu llegada. Sin embargo, ese impulso de amor, esa ráfaga de puro anhelo, me hace sentir que a mi mundo casi completo, le falta un vértice en su geometría. Es mi deseo, que cuando tus dulces ojos revisen la arquitectura de este verso, sientas la caricia no dada, de mi mano sobre tu mano, que atesora la tibieza de los dedos que juntos son decena. El día ha comenzado. Rutina, mecánica, polea. Árbol. sombra, lluvia, quién sabe. Es primavera. 

Querida ausente (CXV)

Querida ausente: Desde este taller de la tarde, en cuya fragua se forjan los versos, te traigo retales de historias antíguas, y el futuro que se crea cuando evoco tu nombre. Nous sommes l'avenir, wir sind die Zukunft, y no hay reja que no se moldea con la forma de una rosa, o con el relieve de una caricia. Atrás hemos dejado, la quietud de un estanque, y hemos arribado a este tiempo de cambios profundos donde todo indica que hemos de seguir caminando.

I'm glad for you, compañera (Number two)

Dicen que uno empieza a plantearse lo que tenía cuando lo empieza a perder, pero déjame decirte que nuestro adiós fue hace mucho, que apenas ya contigo guardo el recuerdo de tantos años juntos, de la vivencia compartida, y dos consecuencias abiertas de nuestro amor. Y, por ellos, por ella y él, moveremos los resortes del mundo, y caminaremos por largos desiertos, cruzaremos grandes océanos, restituiremos la alegría si no la hubiera, y rescataremos el código oculto de la tarde, en formato technicolor. I'm glad for you, compañera, sólo vine a decírtelo once again.

Querida ausente (CXIV)

Querida ausente: En este Sábado, de primavera que surge desde los cimientos de una estación adormecida, te escribo unos breves versos de amor, tras las bellas consignas que proponen las palabras. ¡Cómo deseo que estés aquí cerca y derribar los muros de la sinrazón! La vida nos pone pruebas complicadas porque sabe que podemos saltar más alto todavía y, en ese trance, que replica al replicante, el lenguaje se hace más tibio, más templado como los besos que te guardo y aún no te he dado. En la noche, la Luna se escondía tras los edificios del masificado centro. Este camino que he emprendido, me llevará hasta tí, de algún modo, e incluso en los días cuando la travesía se haga más ardua, leeremos a Hölderlin o a Hertha Müller, y una luz o una sombra entonará el himno a la belleza, o los poemas crípticos aptos para aquéllos a los que le aburre la poesía. Amor, ya sé que no vendrás esta noche, ni mañana ni pasado pero vendrás cuando el otoño junte l

I'm glad for you , compañera

I'm glad for you , compañera Desplegando la escasa filosofía barata que me queda Te diré All the best wishes Siempre estarás en mi corazón Porque nunca te fuíste Cuando la noche entregue la rosa y, en ese trance, tu barco zarpe del puerto diciendo un furtivo adiós Te diré Mereces esa alegría Que no has tenido Durante algunos años Porque Siendo justos Tienes el mismo derecho Que yo a construir tu felicidad Faltaría más El siguiente tren Viene Tempus fugit Carpe Diem All the best wishes

wenn ich dir sage

wenn ich dir sage „ich liebe dich", kostet es wenig wenn ich dir nichts sage, kostet es viel wenn ich dir sage „deine Liebe warst eine Falle",  bedeutet es nichts weil alle Liebe etwas bedeutet und deine Liebe hat mir so viel unterrichtet wenn ich dir sage „es scheint Frühling" oder „du siehst müde", bedeutet es dass es Liebe nach dir gibt wenn ich dir sage „ich habe Angst zu verlieren dir",  bedeutet es nichts weil du bist nicht mein Besitz, du hast nicht Besitzer sowieso du bist frei als die Vögel, die in der dunkle Nacht ohne Direktion fliegen.

Querida ausente (CXIII)

Querida ausente : Cuando el camino nos ofrece una bifurcación, siempre es difícil elegir, pero hay que escuchar a la razón y al corazón. La razón la dictan los números, las certezas, el corazón nos propone la ilusión, el camino del alma, la afrenta que supone un anatema. Quizás, nos veamos por ciudades bañadas por el Ebro, en días claros bajo dulces fuentes de luz callada, y tu ausencia esté entonces ausente. Como un ejército combatiente, el amor vendrá en un tren o en un autobús, y desplegará sus tropas en un abrazo que dura más que lo que dura una ausencia. Por tu significado, se ha levantado la más sublime Cartago, y yo te solicito asilo permanente.

Lisette deserves a better Love

El sacristán ha visto hacerse viejo al cura  El cura ha visto al cabo  El cabo al sacristán  Y mi pueblo después, vió morir a los tres  Y me pregunto por qué nacerá o morirá gente, si nacer o morir es indiferente  Serrat  Madrid recibió a Lisette con una mañana de Abril incomparable. Los madroños de la avenida la saludaron y ella no recordaba recibimiento similar. Venía con su sangre alterada como el vino de Mendoza, a trabajar de au-pair en la casa de Madame et Monsieur Pompidou. Atrás quedaba Buenos Aires, el humo que los autos le regalaban a los rincones, las noches en los bares hasta el amanecer, el qué sé yo como axioma. Paseando por Hortaleza, conoció a Mark un actor inglés que le propuso sin más, ser amantes. Ella se asió a él, como el naúfrago se agarra a un tronco, pero él no se preocupaba por sus sentimientos, él vivía en su mundo de necesidades satisfechas, y ella decía it's ok. Como una guerra de las Malvinas adormecida, ella lo esperab

Querida ausente CXII

Querida ausente: Mientras camino por el centro de Madrid, unas palabras salen a mi paso, y se juntan con estrépito ante mis ojos con una combinación curiosa: Refugio y piedad. Desde luego, ambas son necesarias para explicar transiciones. Sin adoptar el papel de víctima de un cuento clásico, me planteo: En nuestra sociedad, ¿qué refugio tienen los que refugian? ¿Qué piedad reciben los que son piadosos con los demás? No hace falta una respuesta automática. No haría falta revertir la dirección de nuestro viaje porque ésta es siempre hacia adelante. Asumir, aceptar, y que la vida nos obsequie con el bello y cotidiano viaje. Estarás presente, estando ausente, y no sobrarán versos y no faltarán versos que subrayen lo profundo de mi amor por tí.

Querida ausente (CXI)

Querida ausente: Aunque en esta noche no estés presente, yo te voy a recordar como si lo estuvieras, como si todas las heridas del amor hubieran cicatrizado y vinieras como si fuera la primera vez, sin veneno, sin prisa, sin heridas del amor. Ahora que mi corazón se ha derretido tras un periodo de invierno del alma, que era una primavera dormida, tengo que decirte que eres bienvenida a esta fiesta que perdura más allá de lo que lo hace la luz del ocaso. Madrid, jardín infinito por donde caminan las almas huérfanas de afecto. ¿Contribuirás a este pacto sin fecha de caducidad? ¿Harás que la luz del sol brille más allá de lo que lo hacen tus ojos? Cuerpo celeste de universo unívoco, ¡muéstrame el camino!

Querida ausente (CX): El antídoto contra la tristeza

Toque de queda  Que íbamos  a hacer, la puerta estaba bajo guardia Que íbamos  a hacer, estábamos encerrados Que íbamos  a hacer, la calle habían cerrado Que íbamos  a hacer, la cuidad estaba bajo custodia  (...)  Que íbamos  a hacer, estábamos desarmados  Que íbamos  a hacer, al caer la noche desierta  Que íbamos  a hacer, teníamos que amarnos. Paul Éluard  El antídoto contra la tristeza vive en nuestro interior. La tristeza se apropia de otros nombres que le son ajenos, en un inicio. A veces, se le llama distancia, lejanía, carta no escrita, mar, orilla, lluvia, calle oscura, relámpago, terciopelo frío, farola mal iluminada . Por eso, la primavera enarbola sus banderas en forma de árboles frutales, de fuentes, de flores tibias como un abrazo, cálidas como un viento que a deshoras desordenara la ribera de los ríos y alborotara los juncos. De niños, recogíamos en la escuela cardos del monte cercano y los alábabamos como riqueza natural y como armas

Querida ausente (CIX)

Querida ausente: Hemos tenido que aceptar muchas cosas pero ahora se abre un bello tiempo en el que todo es posible. Díme si vendrás a este rincón de la tarde que te anhela, y en el que fabriqué un cuarto pintado con el color níveo de las flores del lirio. Tardarás. Veré el paso de las estaciones con su mecánica rígida y el fervor de su maquinaria en estado creciente. Ayer, la noche deshojó la flor cerca de Huertas y la luna estaba huérfana en la Gran Vía. Mis deseos no se cumplieron. No apareciste de la nada en mágico presagio pero el oro de la madrugada se ensució y el vino se derramó por el suelo, diosa en el templo de Baco. Pero, en la estación del presente alles ist möglich y te invito a recorrerla conmigo, con este amor latente y remanente.

No acepto la construcción del odio.

No acepto la construcción del odio. Me opongo y no colaboro a esa sibilina estrategia de desmontar el sano edificio del amor. Ante la descalificación gratuita, ante el desgaste excesivo, no nos dejaremos amedrentar por la mafia de Bari, con sus juegos de palabras, sus estrategias de manipulación de masas, ni por el señor cortijero andaluz, ni por la comandante de Toledo y su ejército de maestros y maestras aleccionados y controlados milimétricamente. Hemos de aprender mucho sobre la planificación escolar, sobre la participación de los padres y las madres en la escuela. Dialogar y no pontificar. Estar abierto a cuestionarlo todo.

Querida ausente -CVIII-

Querida ausente: He presenciado el circo de la mentira y el teatro del absurdo pero algunos actores y algunas actrices no parecen tener bastante. He hablado con sinceridad y me han intentado abofetear en público. Los mejores boxeadores no son los que más golpean sino los que mejor encajan. He visto el color de la luz del crepúsculo y me ha recordado a tí. En tu paraíso distante, quisiera que de vez en cuando me recordaras y que la memoria actuara como bálsamo y que el beso que me diste fuera el sello de la mejor de tus cartas. ¿Me has escrito sin yo saberlo? No he leído las cartas que no escribiste. Te amo, te deseo, mi cuerpo confabula con el verso y una onda de esperanza se posa sobre las calles por las que juntos no caminamos. En esta tarde-noche de primavera, faltas tú.

Querida ausente (CVII)

Querida ausente: Casi estoy hecho a la idea de que no llamas, de que como dice el título al pié del poema, estás ausente. No sé si indefinidamente, no sé si hasta nueva orden, pero qué más da... Porque este amor está construído con metales lentos, y no necesita ser materializado de forma inmediata pero sería bueno saber si merece la pena continuar este camino. ¿Apruebas este método poético o colaboras con conspiraciones clandestinas para satisfacción del general manager? No respondas. Me vale tu combate silencioso y si no existe pues será difícil combatir por los dos cuando no estás dispuesta a derramar la sangre que ya está derramada sobre el pedregal. Sírvete algo si quieres. Pero no me pidas que pruebe del dulce veneno del olvido y del cotidiano discurso del desencanto. Porque seguiré pensando en la tierra donde habitar contigo en el cruce de dos cuerpos que como curvas se intersecan.

Los dioses absurdos

Blas de Otero EN CASTELLANO Aquí tenéis mi voz alzada contra el cielo de los dioses absurdos,  mi voz apedreando las puertas de la muerte con cantos que son duras verdades como puños. Él ha muerto hace tiempo, antes de ayer. Ya hiede. Aquí tenéis mi voz zarpando hacia el futuro. Adelantando el paso a través de las ruinas, hermosa como un viaje alrededor del mundo. Mucho he sufrido: en este tiempo, todos hemos sufrido mucho. Yo levanto una copa de alegría en las manos, en pie contra el crepúsculo. Borradlo. Labraremos la paz, la paz, la paz, a fuerza de caricias, a puñetazos puros. Aquí os dejo mi voz escrita en castellano. España, no te olvides que hemos sufrido juntos. Aunque Ud. señor mío, aunque Ud. señora mía, ostente el cargo de ésto o aquéllo, permítame que les diga  que esta charla que hoy nos une como auditorio  es un buen punto de partida,  y que la línea seguida hasta la fecha  por esta escuela rancia, de rancios métodos, no es ni por asomo  aq

Querida ausente (CVI)

Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré, como un anillo, al agua, si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra. Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada, si he segado las sombras en silencio, me queda la palabra. Si abrí los labios para ver el rostro puro y terrible de mi patria, si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra.  Blas de Otero. Querida ausente:  Como decía Blas de Otero, me queda la palabra.  Quisiera que estuvieras  presente, como latido constante, como palabra que envuelve  a la palabra y que tiene algo más que un  significado hueco de un eco provocado  por la resonancia  de una voz  en el acantilado del tiempo.  Te he llamado. He caminado por trémulas calles de luz difusa y he querido percibir  la soledad  de los viandantes  versus la ciudad como horizonte.  Me he concentrado en hacer de cada momento una obra de arte  y no he mirado con celo

Tía Charo

Cuando dos palabras sólo evocan un amor a fuego lento de alguien que nos quiere de veras, que nos abre las puertas de su casa de par en par y allí es todo un remanso de paz, paraíso con paréntesis escalonado por la propia deriva de los acontecimientos que allí se suceden, es su nombre una puerta a la esperanza: Tía Charo. Estación donde paran los trenes heridos después de tanto ir y venir, allá donde los álamos se juntan con el río y el tiempo parece haberse detenido tras la herida en el rosal. Compañera de llantos y de congojas. Una cuna no es más que una cuna y una mano tendida es algo más que una mano tendida. Un asilo de lujo no es más que otra estación donde los orgullosos ferrocarriles de alto standing repostan para un final de vida aséptico y profiláctico. Siempre entendí tu militancia, tu ejército de amor callado, tus llantos, tus luchas, tus idas y venidas, tus secretos del corazón. Y no porque me hayas financiado en alguna ocasión, m

Querida ausente (CV)

Querida ausente: Ayer ví cómo besaban a una mujer que no quería ser besada ante un corro de hombres que jaleaban tamaña fechoría. Me sentí triste, me sentí ofendido, casi tomé prestada una capa de superhéroe, para decir basta. Pero no me atreví y salí del bar rumbo a las calles planteándome qué hacemos en este mundo, por qué no respetamos a las mujeres en sus deseos, por qué la violencia patriarcal está tan instalada y no nos damos cuenta, es como un muro infranqueable, se hizo así de siempre. Frustrado, un poco herido, me pregunto si cuando te escribo en una carta mil besos, o si firmo un poema con los besos, no te desagrada. A ver si me estoy convirtiendo sin saberlo en un abusivo repartebesos, sin que tú lo desees. Perdóname si alguna vez te envié una rosa y tú no la querías. No todos los actos de amor han de ser correspondidos.

el compañero equidistante

au village sans pretention, j'ai mauvaise reputation Brassens el compañero equidistante se posiciona . conoce algunas versiones de la historia, pero no las tiene todas consigo. cree haber oído tiros pero no sabe muy bien dónde y rechaza el chantaje afectivo, el chantaje en cualquiera de sus índoles. cuando se trata de dirimir qué ocurrió o por qué los ángeles confabulan contra algún semidiós prefiere quedarse al margen. al compañero equidistante cabe decirle que mi modus operandi no será nunca la violencia, que mis manos trabajan como las de él por la justicia, y que en ninguno de los casos el ego debe ser el árbitro de la contienda, a sabiendas de que la tensión se relaja cuando ambas partes sueltan la cuerda desde los extremos. al compañero equidistante, se le puede decir que es complicado ser equidistante, porque es más fácil creer al que todos creen, que creer al que tiene mala reputación. que la equidistancia sea muestra de buen concepto. t

Querida ausente (CIV)

Querida ausente: ¿Para qué hacer un poema contrarreloj como si se tratara de un experimento vertiginoso? Si se puede uno tomar todo el tiempo necesario para hacerte un resumen de la jornada, de las satisfacciones que acompañaron y también por qué no de las insatisfacciones. Hemos aprendido a aceptar y a continuar , pese a todo, esta lucha infatigable contra esta época inclemente, y sus circunstancias especiales. Hemos aprendido a aceptarnos con nuestros fantasmas interiores con nuestras cicatrices, nuestras lecciones. Te amaré detrás del verso último que escriba, cuando no se den las condiciones, en los días lluviosos en los soleados, tras la sombra del joven granado.

Querida ausente (CIII)

Querida ausente: La poesía se abandona a la poesía cuando el afán se resiste a dejar de ser afán porque aprende a comprender: Que este tiempo es otro. Uno mejor, más parecido a lo auténtico. Y no aquél que fué, lleno de dudas, pequeñas contradicciones, no tan elegante, no tan lleno de contenido. Para dar la bienvenida, necesitamos decir adiós a lo anterior. Soltar es una asignatura que nos suele quedar para septiembre. Supongo que vendrás cuando el otoño nos reserve la coartada y la uva pisada se transforme en vino de muchos colores. Si quieres, aquí está mi mano. Caminemos juntos si así lo deseas.

Querida ausente (CII)

Querida ausente: La noche es un desierto donde cabe el silencio y el edificio de piedra resplandece como el brillo de la esmeralda. En la mesa del artesano construyo fugaces palabras como cometas que volaran en el cielo nocturno del verano. ¿Dónde has estado, Amor? ¡Cuánto has tardado, Amor! ¿Eres tú ese Amor que yo inventé con el sumario de una necesidad, con la crónica de una carencia o un Amor evolucionado que se transforma sobre ruínas ajenas y es frontera con la sigilosa corriente del río? No he publicado un solo libro pero contigo he fabricado antologías que no buscan ser coleccionadas ni siquiera leídas , esas antologías que son mías también son tuyas y reniegan de su nombre por vano y pretencioso. Haz del sustantivo un objeto hermoso, del adjetivo un compañero delicado, del verbo un agente activo y ceremonioso. Narciso no se mira en el estanque, Eneas no zarpó con rumbo al negro ponto y Ovidio nos recuerda el arte de amar, la estr

érase un taller de cuentos sobre África

érase un taller de cuentos sobre África que concitó mucha expectación se sacaron conclusiones como dictaba la ocasión y sí : no éramos profesionales y sí : no lo somos todavía pero le ponemos mucha ilusión, toneladas de pasión leímos sobre la pedagogía de los talleres y aprendimos lo fundamental: para contar historias no hace falta convencer y si no está conforme tampoco hace falta hacer un informe esperando que les guste lo que pueda suceder colorín colorete, viví en alpedrete

Querida ausente (CI)

Querida ausente: Hemos llenado en lo posible el frasco del aroma de la ternura y rociado las gotas sobre el sobre cerrado. Te he buscado en noches tibias y en tardes de luz glauca bajo un ocaso que propone tu nombre. En el alfeizar de la ventana encontrarás una carta que traerá historias claras como la mañana. Mas si el estanque no descansa, sembraremos sonrisas de luna de plata. Por el cristal cautivo tu mirada callada. Ya ves que no te pido el discurso sin demora de la madrugada. Sentiré no verte a mi lado, Stella del alba.

Do svidanya Dragana

Do svidanya Dragana Spasibo Adiós Dragana Gracias por este intento de amor que la realidad se encargó de demoler. Gracias por Madrid y Marzo.