lecciones de amor
Para el que se atreve a amar,
la vida propone lecciones de amor
y hay personas que nos lo enseñan
en cada palabra que dicen,
en cada gesto que hacen,
en cada mirada,
en cada silencio,
en cada renuncia,
en cada huída,
en cada despedida.
Pero no es todo sencillo
para los y las que se atreven a amar
pues a veces el amor se convierte
en un camino de espinas,
un monte de contínuos obstáculos
que hay que salvar
para intentar
acercarnos a lo que nos importa.
A veces,
somos egoístas
intentando imponer nuestras necesidades,
nuestras primeras premisas,
sin mirar
las del ser amado
y, otras veces,
ya es tarde para corregir
o reformar.
Entonces hay que observar con delicadeza
qué ocurre
pero el ego,
ese inquilino impertinente,
nos impide
apartarnos a un lado
y esperar a que todo fluya.
Arduas, intensas, pero necesarias lecciones de amor.
la vida propone lecciones de amor
y hay personas que nos lo enseñan
en cada palabra que dicen,
en cada gesto que hacen,
en cada mirada,
en cada silencio,
en cada renuncia,
en cada huída,
en cada despedida.
Pero no es todo sencillo
para los y las que se atreven a amar
pues a veces el amor se convierte
en un camino de espinas,
un monte de contínuos obstáculos
que hay que salvar
para intentar
acercarnos a lo que nos importa.
A veces,
somos egoístas
intentando imponer nuestras necesidades,
nuestras primeras premisas,
sin mirar
las del ser amado
y, otras veces,
ya es tarde para corregir
o reformar.
Entonces hay que observar con delicadeza
qué ocurre
pero el ego,
ese inquilino impertinente,
nos impide
apartarnos a un lado
y esperar a que todo fluya.
Arduas, intensas, pero necesarias lecciones de amor.
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