Mientras dure la noche

Mientras dure la noche en España,
resistiremos la lógica implícita
de siglos de vasallaje y feudalismo,
de hipocresía, alto latrocinio,
el hedor del estanque podrido,
del jardín macilento.


Tras casi ocho décadas de dictadura
de facto y velada,
el pueblo adormecido
no rechista
porque parece
acostumbrado
a una serie de automatismos
básicos de la supervivencia.


Habituados al desierto,
prefieren como alimento
el látigo, la espada,
el relicario,
el pan y el circo.


Llegará el alba,
y quizás nos encuentre lejos.
Entonces sonreiremos
y una lágrima de emoción
se convertiría en río,
al ver que al fin
se hizo justicia en nuestra diezmada tierra.

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