Canción de amor a las cinco de la tarde

tras la luz que alberga
una oficina cualquiera
el despertar de un silencio
la quietud de los hombres
la apatía de la civilización
la desidia de una cultura

mientras tanto,
comienza una canción
de amor
a las cinco de la tarde

ya sé
es complicado
sacar de la nada
una estrofa
en el pleno
de un día de otoño
en el transcurso de agosto

pero merece la pena intentarlo

pues merecemos la dicha
de lograr
un estribillo liberador
entre tanto tedio
y una luz edificadora
en el ocaso
de un mundo que se cierra
a nuestro paso

...

¡cuántos mundos se abren
a la vez
y que diferentes en su esencia y en su tamaño!

mundos ingrávidos como pompas de jabón
mundos
decididos a construir otros mundos

y en ellos
atómica, incompleta, irresoluta,
surge mi voz

para describir
de qué materia está hecho mi amor,
y qué caminos llegan hasta él
formando un atlas
de coordenadas variables

siento
la lluvia tras mis pasos

y un sol sin sospecha
que rescinde
el pacto
con la sangre

no está acabado
el asunto
de amarte

más allá de la sombra
que forman
el árbol, el espejo y la esfinge

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