Nadie es culpable de lo que le sucede a otro alguien

(...) Es algo más que inutilidad. La nocividad. Cuando un tipo brillante intenta seducir a una mujer, ésta tiene la impresión de entrar en una competición. Ella también se siente obligada a deslumbrar. A no entregarse sin resistencia. Mientras que la insignificancia la libera. La descarga de precauciones. No exige ninguna agudeza. La despreocupa y, por tanto, la hace más fácilmente accesible. Pero dejémoslo. Con D'Ardelo no tratarás con un ser insignificante, sino con un Narciso. Y cuidado con el sentido exacto de esa palabra: un Narciso no es un orgulloso. El orgulloso desprecia a los demás. Los subestima. El Narciso los sobrestima porque observa su propia imagen en los ojos de los demás y desea embellecerla. De modo que cuida muy amablemente todos esos espejos. Eso es lo que cuenta para vosotros dos: D'Ardelo es amable. Para mí, por supuesto, es ante todo un esnob.
La lección de Ramón sobre la brillantez y la insignificancia
La fiesta de la insignificancia
Milan Kundera

Vorsicht: Der Dichter kann ein Narzisst oder ein Stolz sein!! :)

Nadie es culpable de lo que le sucede a otro alguien
Tan sólo es responsable
de las promesas que ofrece
Y a veces de la ambigüedad que exhibe.
En el caso de los orgullosos,
de los narcisistas,
las conclusiones y las consecuencias
están claras.


Según nos contaba Kundera
en la fiesta de la insignificancia,
un Narciso no es un orgulloso,
pues aquél desprecia a los demás,
y éste los ama porque aspira a embellecerlos.

Ambos tienen como causa
el autoconcepto definido
para mantener su super-autoestima
pero ambos resultan carentes
de significado,
pues
pueden alcanzar el más alto
nivel del absurdo,
sin eximirles
de una gran cantidad
de artificio cómico
que les hace en ocasiones
simpáticos
a los que les rodean.

En la consecuencia,
puede encontrarse con la soledad,
la frustación, la ira, la tristeza.

En el caso de los que pretenden
mediante la ironía y el sarcasmo
construir una lección de vida,
puede que mediante altas dosis
de maldad consigan la herida
necesaria para la supuesta "sanación"
de la víctima propiciatoria.

En la consecuencia,
puede encontrarse con la soledad,
la frustación, la ira, la tristeza.

Pero bajo el supuesto
disfraz de seres racionales
y absolutamente normales
hay narcisistas, orgullosos, malvados
...
Así que no se dejen confundir
fácilmente, quedan avisados (risas)....





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